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jueves, 25 de enero de 2024

Sola en los bares


 No hay mucho que agregar a la carrera de Hilda Lizarazu, que el pasado 24 de enero de 2024 cantó en Nicanor Bar, de Monte Grande.

Con su voz intacta, tocó un par de temas de la época "Man Ray", y luego todas canciones de su producción solista.

Divertida, chispeante, afinada; seria, cuando hizo falta, presentó un show íntimo para un puñado de asistentes que disfrutaron la noche agradable.

Pero, ¿cómo, no había un paro nacional ese día? Había, sí. Acaso a muchos de los asistentes les pasó por un costado. Hilda hizo lo necesario para que reflexionaran acerca de lo que estaba pasando, y ofreció su canciones como una manera de soliviantar estos momentos.

El aguerrido dirá que es una distracción. Quizás lo sea. Pero valió la pena.


Fernando

Enero, 2024


viernes, 21 de octubre de 2022

Te lo traduzco así nomás

 

La canción “Wish you were here” siempre me gustó por ese tono nostálgico pero no exento de fuerza expresiva que la caracteriza: un riff tocado repetidamente al comienzo, como una letanía o campanas dobladas nos ubican dentro de las emociones cercanas a la tristeza.

La canción está inspirada/dedicada a Syd Barrett, líder de PInk Floyd hasta que su mente explotó para convertirse en un diamante loco, y da cuenta del estado de la banda, que extraña horrores a ese que tantas cosas bellas les había dado.

La canción ha sido usada un sinnúmero de veces para decir “te extraño” de una manera más interesante que esas dos lacónicas palabras. Contar lo que hace falta, o nos falta. (En francés o en italiano se usa una expresión similar: Tu me manques / Mi manchi, que también podría ser want, en su acepción de falta, del inglés: I want you, me haces falta).

Y hablando de acepciones, no hace tanto vine a descubrir que “Tell” además de decir significa distinguir, lo que le da un sentido completamente diferente a los versos iniciales “so you think you can tell heaven from hell” (entonces te parece que podés distinguir el cielo del infierno). Esto, que tal vez sea una pavada, me dio una cierta alegría al poder comprender que iba para otro lado esa letra.

Así que ya ves, querido lector desprevenido, siempre estamos a tiempo de aprender algo nuevo.

 

Fernando

Octubre, MMXXII

miércoles, 9 de marzo de 2022

Los días lluviosos y los lunes


 Hoy no es lunes, pero llueve. Aunque la canción de Paul Williams que hiciera famosa el dúo Carpenters, le da a los lunes y los días lluviosos el mismo valor de generar tristeza, o depresión. 

 La "Balada de otoño", de Serrat, de alguna manera también le canta a la tristeza de la soledad, de esperar que vuelva la persona amada, que por una sonrisa da todo lo que es. (Notar que dice "lo que soy" y no "lo que tengo")

 Hay, también, canciones alegres, como la archiconocida "Cantando bajo la lluvia", que le pone buena cara al mal tiempo: "El sol está dentro de mí / estoy lista para amar", dice al final de la primera estrofa en la versión de Doris Day. 

 "Only happy when it rains", del grupo Garbage, por su parte, dice que solo es feliz cuando llueve. Aunque también es un poco controversial, porque nos dice que "se siente bien de sentirse triste".

 Y sin duda la canción infantil "que llueva, que llueva, la vieja está en la cueva" nos pone de buen humor.


 Lo que hay menos, o al menos no recordamos, son canciones sobre otros fenómenos climáticos. Digamos "qué calor espantoso", "qué tiempo loco" o "lo que mata es la humedad". "Aquí viene el sol", de Los Beatles, menciona al astro y a la nieve que se derrite. O "Está saliendo el sol", de Intoxicados. Pero es claro que no se refieren a la meteorología, sino más a salir de una mala época o del espíritu religioso.

 Bueno, mientras tanto, ya ha dejado de llover. Igualmente, se presta el día para una siestita.

 ¡Salud!


Fernando

Marzo, MMXX2

domingo, 28 de mayo de 2017

Y nada más importa


Tierra Partida nos da la sensación de estar empezada para cuando nos sentamos en nuestras butacas: payasas que nos conducen a los gritos y con simpatía, músicos en lo que más tarde será la escena, narradores que nos dan la bienvenida. Narradores que, en breve, nos dirán de qué va la cosa: hacer una obra de teatro como si fuera un país.

Para ello, en una mezcla de circo, sainete y grotesco, diecinueve actores y de cuatro a seis músicos, nos harán un recorrido más que interesante entre los finales de la Revolución de Mayo de 1810 y la firma de la Constitución de 1853.


En la ficción que nos propone Tierra Partida, dos historiadores (¿dos Historias?) -Monterroso y García-, nos cuentan cómo un país se libera del colonialismo español, y, lograda la Libertad, lo demás no importa nada. Así, a partir de este subtitulo, van surgiendo consignas de lo más variadas, primero; de lo más contrapuestas después, para terminar en guerras civiles, matanzas, golpes de estado, exterminio (de nativos, mayormente, pero también de "ciudadanos"), desapariciones o, como bien dicen unos seres oscuros y aterrorizantes que aparecen cada tanto, "desvanecimientos"

Cada escena es presentada por los historiadores, que dejan paso al resto del elenco que en una sucesión que no da respiro entretiene a la vez que invoca a la reflexión. Podemos decir que el hilo argumental se parece a un dialogo platónico, donde uno de los narradores (Monterroso) intenta ajustarse a los hechos y buscar explicaciones que lleven a la verdad -con cierto parecido a la Mayéutica socrática-, mientras García, suerte de Gorgias, intenta acomodar la Historia a su conveniencia bajo la excusa de seguir instrucciones de un jefe supremo.

Hay tres momentos que destacan por su belleza:
- las lavanderas que sirven de prologo al gobierno de Rosas (cantan una especie de blues rioplatense que decoran con sonido de agua de las ropas que retuercen en sus respectivas palanganas)

- el rap de los unitarios y federales (también del periodo rosista), que pone en juego todas las destrezas de estos clauns

- el fusilamiento de Dorrego, con una edición en vivo que eriza la piel: varios actores se ponen en la escena totalmente oscura y encienden velas, mientras la actriz que está al frente lee la nota que le deja a su esposa, y que bien vale la pena repetir aquí:

 Mi querida Angelita:

En este momento me intiman que dentro de una hora debo morir; ignoro por qué; más la Providencia divina, en la cual confío en este momento crítico, así lo ha querido. Perdono a todos mis enemigos y suplico a mis amigos que no den paso alguno en desagravio de lo recibido por mí.

Mi vida: Educa a esas amables criaturas: sé feliz, ya que no lo has podido ser en compañía del desgraciado


Como se ha dicho, Tierra Partida transcurre con velocidad, gracia, muchas risas -no exentas de momentos tristes como el citado fusilamiento de Dorrego- y nos deposita en el final sin que hayamos notado las casi dos horas que dura. Y así como al ingreso nos dio la sensación de que ya estaba empezada, este final nos parece que continuará, incluso en el siglo xxi. 


Fernando Berton - Mayo 2017

Tierra Partida se representa los domingos a las 20:00 en el teatro La Carpintería, Jean Jaures 858 - CABA - Teléfono: 011 4961-5092

jueves, 2 de febrero de 2017

¿cómo se dice?

Adivina adivinador
sometimes i feel lonely. especially at night, when i get home, and after i action the key, everything behind the door is my responsibility. whether it's good or not. i mean, i'm on my own, so i can't blame anyone.

i don't have a previous government, for instance, whom i can blame for my mistakes.

let's say in 1984 i was ruled by someone else, so i pissed it off with that beautiful, curly, smart girl.

if that were the case, i could perfectly say now: "it's due to that insidious girl who made me beleive i was nothing"

was that the case? was she insidious? was i so stupid?

perfectly no

i mean, that was not the case. she was not insidious.

some years after that day, you can find me here again. still sitting here, at the barber's shop, and all the people that come and go stop and say hello.

i'm robbing somenone of that verse.

it's your responsibility, as an insidious reader, to discover who i'm robbing.

see ya! take care!



i, me,  mine
february, mmxvii

PS: hay pocas versiones de canciones de los beatles que me gustan. 

PS 1: no importa mucho si me gustan, esto no se trata de la post-verdad. 

PS 2: si uno mira la foto que ilustra este artículo, tal vez tenga una pista de la canción a la que se refiere. es cuestión de esforzarse un poco, nomás.

lunes, 27 de junio de 2016

Citas motivacionales para empezar la semana:





Hoy me apareció acá un mensaje 

(esto es de otra red social) 

y luego una opción para elegir una frase, cual tarjeta de cumpleaños.
La verdad verdadera es que no me gustó ninguna. 
Mi semana no va a ser ni mejor ni peor por una puta frase.
So I said to myself, go hell you Mother Hubbard, n' save your money.

Esta es mi frase motivacional para empezar la semana:

Citas motivacionales para empezar la semana:

mmxvijuniofernandoberton

domingo, 14 de febrero de 2016

Exito y Caída

Imagen tomada del documental AMY - en Netflix
Está disponible en la plataforma Netfilx el documental -candidato a los premios Oscar 2016 en su categoría- Amy, dirigido por el británico Asif Kapadia.
Esta película tiene la virtud de mostrar en detalle la vida y obra de la cantante  Amy Winehouse, y no emitir nunca juicios de valor. En efecto, gracias a la enorme edición de este filme, prácticamente se puede creer que es la propia cantante la que va recordando su historia. Incluso cuando ella misma cuenta, en sus comienzos, que no quiere llegar a la fama porque se volvería loca.
Destaco el hecho de que se pueda ver al propio padre de Amy evitar que ella se someta a tratamientos para abandonar el consumo de drogas.
Pero fundamentalmente, lo que esta película nos muestra es un alma en carne viva. Amy hizo de su vida su carrera; esto es, que lo que cantaba era exactamente lo que le estaba pasando (ejemplos palmarios: sus temas "Back to black" y "Rehab"). Esta chica estuvo viviendo buena parte de su corta vida arriba de un escenario, sufriendo con su voz extraña y perfectamente moldeada a cantar su pena todo lo que le iba pasando lejos del escenario.
Es un ejemplo más de la crueldad de un sistema al que no le importa nada la salud de los músicos. Recordemos la escena del tema "Comfortably Numb" de la película de Alan Parker The Wall, basada en el homónimo disco de los también británicos Pink Floyd. Amy, con su pequeña estatura y su cuerpo frágil consumido por los excesos, va como puede a los recitales. Hasta que ya no puede. Es conmovedora la escena casi al final cuando no puede cantar en un concierto en Belgrado.
Esta es, en definitiva, la vida de muchos músicos, sí; pero también, y acaso más alarmante, de la de muchas personas que a diario deben consumir cosas -tal vez no tan terribles como el crack o la heroína- para levantarse, para dormirse, para adelgazar, para ganar peso, para estar felices, para bailar toda la noche, para, en síntesis, hacerse cargo de sus lastimosas vidas en empleos oscuros por unos miserables dineros.




Fernando Berton
Febrero 2016

domingo, 3 de enero de 2016

Cuchá

Cerati y Spinetta en vivo

Hay en este blog una serie de notas que se llaman "dejar de fumar", que después cambiaron a "respirar", una vez cumplido el objetivo.
Y al mismo tiempo surge una otra serie que se llama "sonreír", por esas cosas que te hacen bien (cada uno decide cuales)

"Cuchá" -repetido varias veces- es lo que le decimos a alguien cuando un tema nos gusta mucho, por las razones que sean.

#Bajan es una canción bellísima de Spinetta. Dice, por ejemplo:


Viejo roble del camino
tus hojas siempre se agitan algo

Hoy quiero traer este tema a colaboración porque es una forma de hacer belleza de lo feo, de hacer algo feliz de lo triste. Son esos tonos menores que nos invitan a reflexionar, a pensar qué hicimos mal, y qué hicimos bien.

Y a disfrutar de un breve solo de guitarra al finalizar la canción.

La versión que propongo es de un recital maravilloso: Spinetta y las bandas eternas,  de 2010. En este caso junto a Gustavo Ceratti. Vemos al flaco, en su dificultad de respirar, cómo se las ingenia para llegar a los tonos. Y sin embargo, aunque estaba ya en maniobras de aterrizaje, nos regaló a todos este concierto.

Pero puede el lector buscar la versión original del disco Artaud, o la del propio Ceratti en Amor Amarillo, o hacer sus propias búsquedas, o ignorarla redondamente.

Simplemente es un homenaje y una invitación a pensar en qué cosas hicimos mal para no poder cantar, o caminar muy rápido, o no poder vivir sin tomar algún medicamento.

¡Salud!

martes, 2 de octubre de 2012

Sombra de un solitario



Hace muy poquito, recomendè aquí mismo la escucha de un disco de 1978.

Esta letra (bastante pobre, por cierto, pero es lo que encontré a estas horas), es el último tema del dicho LP.

Busquen, si tienen ganas, la versión completa. El par de versos que pongo aquí representan mi estado de ánimo en estos días.

"In the shadow of a lonely, lonely man
I can see myself...

(Looking out of nowhere...Looking out of nowhere...)

But the sound of the crowds when they come to see me now,
Is not the same.
And the jest of it all is I can't recall my name.
But I cling to a hope till I can't hold on anymore...anymore...
And for all the acclaim, I am all alone!"




miércoles, 26 de septiembre de 2012

Pyramid

Piramide - The Alan Parsons Project


Hacia 1978, casi la única música que escuchaba era The Beatles. Por alguna razón que todavía no entiendo, mi hermano me dijo que comprara un disco que se llamaba Piramide, de The Alan Parsons Project.

Fui, entonces, a la disquería Don Disco, en la calle O´Higgins, casi 9 de Julio, y el señor Don Disco (un muchacho algo pelado, de bigote intenso, con voz gruesa), me miró, y -yo supongo-, pensó que iba a pedir Hey Jude o Abbey Road. Pero no. Le pregunté, casi tímidamente, si conocía Pyramid, y si podía escuchar un poquito los temas.

A esa altura yo era casi un cliente de la casa, y había comprado desde Please, Please me hasta Rubber Soul consecutivamente. El tipo me miró medio raro. Pero me dió el disco, y con sus dedos delicados, sacó el vinilo negro de su sobre transparente y lo puso con total delicadeza en una bandeja que no se parecía ni un poco al Winco que sería su destino final en casa.

Mientras Don Disco iba pasando un poco de cada canción, mis manos recorrían la portada, el interior del LP -con las letras en color amarillo sobre un fondo azul-, y mi cabeza hizo crack.


Nombres de canciones como "Espacios hyper gamma" hicieron un bollo con todos mis preconceptos de nombres de canciones, y por primera vez tuve un disco donde los integrantes del grupo no estaban a la vista.
En la tapa, el tipo de barba (¿Alan Parsons?), se agarraba la cabeza mientras era devorado por la pantalla del televisor. Ya en el interior, un plano de la Pirámide nos mostraba una secuencia de cadáveres y al descubridor de semejante horror tapándose la cara con ambas manos, pero a la vez como si quisiera arrancarse los ojos.

Al final, la pirámide se ve por la ventana, y un velador torcido nos muestra un televisor que se ha comido a nuestro querido Alan para siempre.

Y no es para menos

si todo debe caer
¿para que haríamos un milagro?
Si todo va a pasar
Ni siquiera un milagro va a durar.

(If all things must fall
Why build a miracle at all
If all things must pass
Even a miracle won't last)

Y aquí me ven, la sombra del hombre que solía ser.

El álbum completo dura 37 minutos. Casi como un viaje de Monte Grande a Constitución.
Poné  el enlace en tu smart phone, cerrá los ojos, tapáte la cara con las manos, porque la Pirámide viene a buscarte. Y disfrutálo.




miércoles, 20 de junio de 2012

"Componíamos canciones que iban a cambiar el mundo"

... dice Luis Alberto Spinetta en una parte de la entrevista que le hace Emilio del Guercio en el programa "Cómo Hice", del canal Encuentro (ver link: Cómo Hice ... Muchacha ojos de papel (programa de 2010) ) y remata: "Which was not true". 
      Y dice poco después que los artistas terminan siendo "decorativos"; y digo yo, que en parte es verdad, y agradecemos la decoración que nos permite la música de Spinetta (como la de tantos otros), o la literatura, o la pintura, o el cine.
      En efecto, no parece que el arte vaya a cambiar el mundo. O no del todo. pero es verdad que en aquellos años de Muchacha, había una efervescencia social como la que no se ha visto luego.
¿Qué pasó? No tengo forma de demostrarlo, pero sí de preguntarlo. ¿Habrá sido una reacción, acaso desmesurada, de las grandes corporaciones -económicas y políticas-, que veían en esos jóvenes de pelos largos que pregonaban el amor libre y el consumo de sustancias alucinógenas, un riesgo enorme de perder para siempre el control de lo que está bien y lo que está mal? ¿En ese miedo, se habrán urdido las tramas de las políticas de seguridad nacionales, los avances descomunales sobre los países productores de petróleo, sobre el este del muro de Berlín, sobre unas pobres naciones del sudeste asiático que tuvieron la mala suerte de luchar por años y años para, finalmente verse ganadores del bando que -parece- perdió?
     Tal vez sea mucho. Pero en esa síntesis que hace el flaco: "queríamos cambiar el mundo - cosa que no era cierta", está, para mi entender, la ruta que habrá que seguir  para desenredar la madeja, y ver qué se puede tomar de aquellos tiempos que todavía nos sirva para proyectarnos hacia el futuro. Es cierto que el progreso económico y el acceso a la tecnología son muy tentadores, y casi todas las personas queremos eso. Pero no lo es menos que la ambición desmedida de algunos sectores, han llevado a la humanidad a un punto en que el cambio de modelo parece imposible.
      Con la caída del comunismo, el mundo dejó de tener un equilibrio en las formas de pensar, y hoy  parece que sólo se puede pensar desde el capitalismo. Lo que no está claro es si ésta es la mejor forma de avanzar. Vale aclarar: eso está más que claro para los capitalistas, que han logrado enormes ganancias con el trabajo de los otros, dando muy poco a cambio, y además lo poco que dan se lo llevan por otro lado. 
       No está claro, digo, para los que salimos a trabajar todos los días, que queremos tener un buen pasar y darles uno también a nuestros hijos, disfrutar de la vida en familia y poder irnos de vacaciones y contar anécdotas de los maravillosos viajes que hicimos. Muchas veces a costa de no ver nunca a esa familia que amamos, a esos amigos que solo extrañamos, a esos fines de semana que no aprovechamos hartos de todo hartazgo por la rutina y las 12 o 14 horas que nos lleva el trabajo por día.
       Recomiendo fervientemente ver "Cómo hice" (también se puede ver por internet), porque, por ejemplo, ver el final con los cuatro Almendras cantando ese himno que viene desde tan lejos, es un placer que, al menos a mí, me llevó hasta las lágrimas.
       Y todas las reflexiones anteriores, que acaso no estén tan desentonadas, aunque lo parezcan.
       ¡Gracias Luis! ¡Hasta Siempre! 

viernes, 23 de marzo de 2012

Roger Waters – The Wall


Buenos Aires, 20 de marzo de 2012, estadio River Plate

Cuando escuché The Wall, allá por 1979, no podía creer que se pudiera hacer una obra tan profunda. Que un tipo que no tenía nada que ver con mi cultura, pudiera decir que le pasaban las mismas cosas que me estaban pasando (casas más, casas menos)
Tiempo después, vi la película. Y le dio un nuevo sentido a lo que había escuchado. Las imágenes le ponían otras sensaciones a la música y las letras.
Con los años, vi un documental en I-sat, donde se veía a David Gilmour paradito sobre una pared, tocando su famoso solo de Confortablemente Adormecido, y a Roger Waters hablando sobre lo que le había pasado, la alienación, el dolor de no soportar a la gente que le daba, precisamente, el apoyo que él detestaba.
Luego, vimos por televisión la puesta especial en ocasión de la caída del muro de Berlín. ¿Qué mejor obra que The Wall para una ocasión semejante? La verdad es que en ese entonces no estaba dispuesto a escuchar otra voz que la de Gilmour en Comfortably Numb, pero bueno, de cualquier modo fue un acontecimiento histórico.
Y ahora tuve la oportunidad de asistir a una puesta magnífica. Había leído en las críticas periodísticas que el sonido era impecable. Faltaba comprobarlo.  Y no puedo salir de mi asombro. Hace hoy tres días que terminó la serie de presentaciones en River. Y todavía estoy emocionado. Los primeros 10 o 15 minutos del show no pude hacer otra cosa que llorar: tal fue mi emoción.
El espectáculo fue lo más maravilloso que vi, completamente renovado a pesar de los tantos años. Uno tiende a pensar que estos músicos se han quedado sin inspiración y  vienen a robar con cosas antiguas. Nada más lejos, Roger Waters – The Wall es aprovechar los avances de la tecnología para poner en escena una obra que de por sí, en su momento, era (parecía) insuperable. La limpieza del sonido, el concepto teatral, las proyecciones sobre la pared que se va cerrando para finalmente explotar, están hechas de manera impecable. Vale cada peso que se paga por asistir al concierto. Roger Waters no vino a robar, trajo todo lo que tiene para dar, hasta el último chip y el último foquito, y hasta el último de los trucos que escuchamos en el disco, o cassette, o cd. No le falta nada. Se trata de una obra insuperable, que se mejora gracias al aporte de las nuevas tecnologías, que no estaban en el momento de su creación. Es poder presentar The Wall como seguramente lo hubiera querido hacer hace más de 30 años.
¿Qué el tipo se ayuda con pistas grabadas? ¿A quién puede importarle? La verdad es que vale ir a presenciarlo. Mi vida no es mejor por haberlo visto, ni sería peor si no hubiese ido. Pero estoy un poco más contento, siento que me faltaba esto para completar mi admiración por esta obra. Y pude cumplirlo.
Casi 400.000 personas pasaron por River en estos días. Acaso puedan compartir algunas de estas consideraciones. Acaso podamos llevarnos de este mundo el haber asistido a un espectáculo magnífico, impecablemente ejecutado. 
Gracias Waters. Hasta siempre.

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