… por haber tenido tan honrosa determinación como fue el querer resucitar y volver al mundo la ya perdida y casi muerta orden de la andante caballería, gozamos ahora (…) no solo de la dulzura de su verdadera historia, sino de los cuentos y episodios della, que … no son menos agradables y artificiosos y verdaderos que la misma historia.
Don Quijote de la Mancha – Capitulo XXVIII
Dentro de una semana seré desconectado del híper plasma. Tengo sentimientos opuestos: me da un poco de temor y de ansiedad saber que ya no voy a estar consciente (esto no puede llamarse vida). Sin embargo, sé que llegar a un final es darle un sentido a la existencia. Y estar o no, no significan tanto. Millones de personas han muerto y sin embargo son recordadas por sus obras, artísticas, sociales, científicas. Permanecer por un tiempo indeterminado no nos hace inolvidables. Tantos otros millones han muerto y nadie sabe que pasaron por el mundo. Y esta situación de completa virtualidad es una pura fantasía de quienes hicieron del mundo un lugar inhabitable. Tenía razón la vecina del departamento “C”, la humanidad ya no existe.
El comité decidió que durante esta semana recopilarán mis recuerdos en forma de novela para cubrir cualquier vacío que pudiera ocurrir cuando me desconecten. Así esperan que no quede en la nada mi paso por el híper plasma. Aunque no tanto por la importancia de mis recuerdos por sí mismos sino por la relación con los SHP’s que permanecen.
*
Mañana será el día. No siento nada especial. Guardo la esperanza de encontrarme con Laura M., pero no tengo fundamentos para sostener esa esperanza. Es solamente un deseo. Cuando acepté pasar al híper plasma lo hice porque me habían dicho que con la imaginación todo era posible. Sin embargo, jamás pude imaginar a Laura M. de modo de poder conversar con ella, reírnos, tocarnos o al menos mandarnos mensajes. Y aunque pude entablar otras relaciones, jamás conseguí olvidarme de Laura M. Pero no es eso, sino que no tuve una relación no digo igual, al menos que se acercara un poco. Nada.
Entonces, ¿para qué seguir? Existir deseando lo que no se puede hace que lo que sí es posible se convierta en una molestia, una espera infinita: que se termine esto de una buena vez para poder continuar. Por eso estoy tranquilo: mi vida tendrá un final y sabré si valió o no la pena.
FIN
Fernando
Enero, MMXXIII