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Mostrando entradas con la etiqueta Fotografía. Mostrar todas las entradas
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domingo, 27 de marzo de 2022

martes, 15 de febrero de 2022

Cosas veredes

 Siempre tuve esa expresión como sinónima de "¡las cosas que hay que ver!". Y a decir verdad, siempre me sale al revés: "vederes", en vez de veredes. Tal vez por asociación libre de "hacer los deberes", tal vez por desatento o disléxico, vaya usté a saber.

Como sea, espero que el párrafo que precede no le quite protagonismo a la foto que hoy nos convoca a publicarla.


¡Salú!



Fernando

Febrero, MMXXII

domingo, 13 de febrero de 2022

Ventanas de bares: Villa Idem



     Ubicada bien cerca del Parque Provincial Ernesto Tornquist, donde se encuentra el famoso cerro, Villa Ventana es un pueblo tranquilo a pesar de su destino turístico. La primera impresión que uno se lleva al llegar a esa comarca es que cuatro días serán más que suficientes para recorrerla: desde Tornquist hasta Saldungaray (los extremos de este circuito), pasando por Sierra de la Ventana no hay ni noventa kilómetros. Una papa, diría el turista acostumbrado a cumplir hitos logísticos y no tanto a disfrutar del camino (vea, si no, querido lector desprevenido, la etiqueta "Autonautas" al costado de este texto y entenderá un poco mejor de qué hablamos)

    Pues bien, alerta spoiler, y para quitarle dramatismo a nuestro relato: resulta ser que cuatro días son más que insuficientes para visitar esta región. Empezando por Saldungaray, donde está el cementerio con la monumental entrada a cargo del arquitecto Salamone; ahicito nomás hay una reconstrucción de un fortín de la época de los Malone (¿Eh? ¿Cómo dice? ¿Que en plural? Pero, ¿y la rima, eh, eh, eh?). Bueno, decíamos, Saldungaray, que hasta tiene viñedo y bodega como en las famosas provincias andinas, produce un vino serrano de gran calidad de la cepa cabernet franc. De ahí, claro, a almorzar a Sierra de la Ventana. Después recorrer el Parque Provincial, el circuito de montaña hasta llegar a una gruta, el Monte Calvario, la ciudad de Tornquist con plaza a cargo del mismísimo Carlos Thays y uh, ¡la gran siete! ya tenemos que volver.

    Por eso decimos: vayan a Villa Ventana, pero con unos cuantos días para poder ver las cosas con tranquilidad y no andar a las corridas.


    ¡Salú!

Villa Ventana - Centro



Fernando

Febrero, MMXXII

martes, 8 de febrero de 2022

Ventanas de bares: La leyenda del Caburé

 La leyenda guaraní cuenta que Tupá, el Dios Supremo, creó al caburé para que las demás aves intentaran imitar su canto maravilloso. Pero como los dioses siempre le pifian en algo cuando crean, Caburé tenía un punto débil: no podía ser sorprendido durmiendo.

Así es que el demonio Añé lo encontró, y convirtió al caburé en un ave fea, y su canto maravilloso le servía ahora para atraer a los demás pájaros y así elegir su presa.

Sin embargo, la creencia popular dice que las plumas de las alas del caburé son un poderoso talismán para atraer la fortuna, la amistad, el amor.

 Cuando en 2016 abrió Caburé Libros, en México al 600, yo desconocía esta leyenda. Tenía una idea del poder de las plumas del simpático pajarito por lo que comentaba Riverito, el rey del ooooooooooocho, y nada más.

Así es que allí, a poco de andar, conocí a mi gran amigo Ale, y mi gran amor, Mariela. La fortuna todavía está pendiente, pero bueno, dos de tres no está tan mal, ¿nocierto?

 


En la foto: Caburé Libros la mañana de inauguración. Notar los estantes casi vacíos a la derecha, que tan pronto estarían poblados de aventuras, desventuras y reflexiones en su formato libresco.


Fernando

Febrero, MMXXII

 

 

 

 

 

 

domingo, 6 de febrero de 2022

Ventanas de Bares: la poésie que j'aime

 Lo descubrí una mañana que llegué temprano al trabajo, y como no había nadie en la oficina, me fui a tomar un café mientras esperaba. Poco después ya era adicto al Bar la Poesía, de Bolívar y Chile, y me sentaba en la misma mesa, siempre que fuera posible. Incluso hasta llegué a saludar y preguntarles cómo andaban a algunos proveedores: el sodero, el que lava la mantelería, y uno que llegaba en moto y de traje pero nunca supe proveedor de qué era.

Allí conocí a mi musa Cairíope, que habitaba en la parte de abajo de las mesas, solo para que yo pudiera comenzar a escribir nuevamente, después de tantos años.

Nunca más pude comunicarme con ella. Sé que ahora anda ocupada en inspirar a otros talentos en talleres de monstruos y otras fantasías. Asi que aquí va mi homenaje.

¡Salú!


Fernando

Febrero, MMXXII

viernes, 4 de febrero de 2022

Ventanas de bares: ¿dónde está la madre de Dorrego?

 Esta foto tiene unos cuantos años. Pero no tantos como cuando el Bar Dorrego era, a diferencia del cuento de Hemingway, un lugar sucio y mal iluminado.

Antes de que San Telmo se convirtiera en un lugar de moda, los bares y restoranes eran, por lejos, mucho más baratos que de Av. de Mayo al norte. Pero además de mantener mesas, sillas, decorados y adornos de larga data, parecía ser que mantenían la suciedad también, y hasta uno podía llegar a creer que estaba pisando polvo colonial.

En cuanto a esta foto, me causó gracia que el cesto de residuos hubiera desaparecido, quedando solo una tapa que parecía una mesa al exterior del bar, como para tomar un café de parado, rápido, antes de seguir camino.


Fernando

Febrero, MMXXII

martes, 1 de febrero de 2022

Esperas en bares

 Hace unos cuantos años, iba a todas partes con un cuaderno. La psicóloga decía que era como un objeto transicional. Yo la miré con cara de "¡ah!, ¿sí?", y no pregunté más. Hasta el día de hoy sigo sin saber qué me quiso decir.

Pero ese no es el tema. Ese cuaderno me servía para anotar ideas que se me ocurrían, y que por andar uno distraído suele olvidar después. Y también lo usé bastante para escribir cosas cuando, al llegar temprano a alguna parte, me sentaba en un bar a esperar. 

De ahí surgió un conjunto de textos bajo el título "Esperas en bares", y que consistía en una breve descripción del local, su ubicación, el motivo de la espera y poco más.

Tenía unos veinticinco o treinta, no recuerdo bien. Ese cuaderno quedó en el olvido, perdido en alguna mudanza, cosas así.

Esta serie de publicaciones que se inicia hoy tiene por objeto mostrar ventanas de bares. No siempre habrá ubicación, no siempre habrá texto, pero siempre habrá foto y siempre habrá bar. 

Podrá no haber poetas, pero siempre habrá bares.


¡Salud!



Fernando

Febrero, MMXXII

jueves, 18 de noviembre de 2021

Después de un año bajo la tierra

 

Resurgió la flor de azúcar. Estuvo un tiempo al borde de la desaparición, porque la maceta estaba perdiendo tierra con la lluvia, y al ser tan frondosa la planta, no me dí cuenta.

 Hace un par de meses noté la falta, y entonces le agregué tierra, le saqué las ramitas muertas, la puse en un lugar donde no le cae la lluvia directamente. Y ahí está, esplendorosa, floreciente en esta mañana de noviembre.

¡Bienvenida!

 

Fernando

Noviembre, MMXXI 

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