Comprar RELACIONES

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viernes, 22 de marzo de 2013

El Arte de vivir bien - 2

Capítulo 2


Ya estaba Remo por pedir otro cognac a falta de mejores estrategias para acercar a Violante hasta su mesa, ya que le gustaba verla en movimiento, en especial el mecerse de sus caderas en slow motion cuando iba hasta la barra; y mientras sonreía al leer unos versos 
(Como un río de montaña fui recorriendo tus besos
resultó que desembocan en un lago helado
profundo
insondable
llegué tiritando magullado orgulloso

jueves, 21 de marzo de 2013

El Arte de vivir bien - 1


Capitulo 1



Antes de irse a dormir acurrucada en los oscuros y profundos brazos de la noche, la tarde se vistió con una capa de finas nubes grisáceas, decorada con una llovizna pertinaz, revestida de millones de perlitas acuosas y frías yendo a humedecer las cabelleras sorprendidas, las prendas absorbentes, poco eficaces en la defensa contra el agua.
Remo sacó un paraguas retráctil de la mochila, y notó la mirada envidiosa que le llegaba fulminante desde los ceños fruncidos, las cejas arqueadas para aumentar la protección contra el agua, los hombros encogidos, algunos pezones erectos por el frío repentino.

martes, 19 de marzo de 2013

Lucas, su bicicleta


    Hace poco leía de nuevo "Un tal Lucas". Y me pasó una cosa rara, a medida que me iba metiendo en cada capítulo, cuento o viñeta, ya que se trata de un libro un poco inclasificable; me dí cuenta de que tenía una tendencia a pronunciar las erres con el típico tono francés que tenía Julio, que hablaba como un porteño cualquiera, pero con la voz nasal y las erres arrastradas un poco, como si tuviera un pedazo de alfombra persa pegado en el paladar, como si tuviera un ataque de mimetismo, como si tuviera ganas de despertarme un día y hablar en francés perfectamente, y escribir en castellano maravillosamente. Pero bueno, después supe que hablaba así, no por vivir en Francia.


domingo, 17 de marzo de 2013

Sequía

La polvareda a la distancia era un síntoma de que alguien había equivocado el rumbo. Hacía bastante que no pasaba esto, y Pietr pensó que era tiempo de acomodar un poco el local. Los pozos y las piedras del camino no permitían viajar muy rápido, ni siquiera con vehículos todo terreno. No iba a bañarse, el tiempo no era tanto, pero sí acomodar las cuatro mesas que tenía en el local, encender el generador para enfriar algunas bebibles, pasar un lampazo y tener café listo. Repasó todo mentalmente, y entendió que tenía que tener también un poco de fiambre y queso y pan, por si los perdidos estaban con hambre. Recordó que en estos casos siempre lo primero que le pedían era bebibles, pero los comibles venían en segundo lugar. Siempre.

miércoles, 13 de marzo de 2013

¡Al Fin!




Es mi primer libro de poemas, y ya está disponible en el siguiente vínculo:

www.librosenred.com/libros/Papelesalviento.html

Es en versión electrónica para adaptarlo a estos tiempos que corren.

Dijo Miriam Cairo sobre el libro:

martes, 12 de marzo de 2013

Je suis desolèe


   Trescientas veces fuimos a buscar el pedido, y otras tantas nos volvimos con las manos vacío.
    Entrenamos perros para que cuidaran el puesto en caso de que fuera. 
    Pero los espectros lumínicos no entienden razones, y prefieren escuchar la radio.
    Bastantes problemas se han resuelto por casualidad. Este, no.
    Las insignias llegaron en falsa escuadra, con dos o tres miles de moléculas polutas que seguramente representaban algunos de los noventa y dos elementos. Alguien sugirió pedir pizza a la piedra, y alguien dijo que era buena idea. La piedra no respondió, y nos quedamos con hambre.
    Otra vez la sensación de no haber llegado adonde queríamos, por culpa de unas manos vacío. Un espacio lleno de polvo. Un encuentro a deshoras en un lugar insólito.

domingo, 10 de marzo de 2013

Bosques urbanos


Podemos viajar unos cuantos kilómetros para encontrar un bosque mágico, que nos regala arcos iris a cada rato, porque la atmósfera húmeda se dedica a deleitar la vista a la derecha, a la izquierda, arriba, abajo.


En esos paisajes, no es difícil pensar que vamos a encontrar duendes a cada rato, y los descubriremos mientras entierran sus marmitas con monedas de oro en el final del arco iris.

O acaso, mientras admiramos el lago profundo y frío y calmo, creemos que puede llegar a aparecer un monstruo pre histórico, inventado por el hastío de dos chicos que, sin poder salir por culpa de la enorme tormenta de nieve, hablan, fabulan, traman existencias inexistentes que, como a veces ocurre, alguien toma y publica de modo tal que muchos otros no saben si es verdad o no, pero resulta un cuento atractivo.

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