En estos tiempos de grietas parece que cualquier cosa es
válida para abrir una polémica, y también cualquier situación. Pensaba en este
momento en el que Joan Manuel Serrat
le explica a alguien del público por qué no canta en catalá.
En estos días de desorden pandémico, he visto nuevamente la
película de Sofía Coppola Lost in
translation, que, como no podía ser de otra manera, aquí se conoció como Perdidos en Tokio. En las primeras
escenas que el protagonista tiene que filmar para la promoción de un whisky, se
nota que la traductora no la tiene tan clara. Y él, repetidamente, le pregunta
si no dijo algo más, porque le parece muy breve la traducción que recibe.
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2003 - Dir. Sofia Coppola
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Eso me lleva a pensar en aquella escena “Cartas de color”,
de Les Luthiers, en el espectáculo Hacen
muchas gracias de nada, cuando el sobrino Yogurtu, desde Nueva York, hace
traducir al lenguaje de los tambores la carta para su tío. En un momento
determinado dice “sí”, y el traductor golpea durante un tiempo bastante
prolongado los tambores, lo que nos hace dudar de la veracidad de la
interpretación.
He visto hoy otra película, Ya no estoy aquí, dirigida por Fernando Frías de la Parra, y entre
otras cosas tuve que poner subtítulos porque el argot de estos muchachos los “Terkos”
resulta, a veces, incomprensible. Incluso le pasa a la amiga china de Ulises,
el protagonista, que habla inglés. Ella sabe que él habla castellano, pero en
un momento le pregunta en qué idioma habla. Pasa, luego, a aficionarse a la
palabra “vergas”, y la usa todo el tiempo. Pero Ulises intenta, sin mucho
éxito, hacerle entender que no es conveniente usarla a cada rato. Antes de eso,
la chica le pide a un amigo que le traduzca, y en un momento determinado le
dice “no interpretes, solamente traducí”.
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No, io no spico
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También recordé la película La intérprete, con Nicole Kidman, en la que ella es traductora de
la ONU y escucha una amenaza a un presidente africano. Y después de ahí pasan
un montón de cosas. Como por ejemplo, que algunas palabras que hoy dicen una cosa, tiempo atrás decían otra. Pienso en "celular", que en los años '70 era sinónimo de operativo policial, y hoy es un modo de comunicarnos.
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La intérprete - 2005 - Dir. Sydney Pollack
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Las traducciones, simultáneas o a posteriori, suelen
traernos dolores de cabeza. Ya hemos visto que “One silver dollar” puede llegar
a ser “Un dólar marcado”, que “101 dalmatians”, “La noche de las narices frías”,
“She”, “La diosa de fuego” y así siguiendo. Pensaba en que al momento de
traducir hay que tomar decisiones. ¿Qué queremos traducir, la letra o el
espíritu? Una vez, por ejemplo, vi “no fucking way” traducido como “ni en pedo”.
Y me pareció que, si bien no había nada literal en eso, el espíritu está
totalmente reflejado.
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Traducción perdidos en la
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Y es que las palabras no son meros envases para transportar
significados. Ya en nuestro idioma original, un mismo vocablo puede tener
múltiples significados. Ahí está el caso de “vergas”, o “chingar” y, en un caso
más cercano al oscurantismo, “sobres”. Hay que hacer un esfuerzo grande para
entender qué caracho quiere decir “sobres” en boca de los Terkos. Y nada nos
garantiza que lleguemos a una conclusión válida.
Ya no estoy aquí,
a tono con los cánones del cine independiente, nos cuenta una historia bastante
frecuente: un joven mexicano que emigra a Estados Unidos porque no encaja en la
cultura que le toca vivir en su ciudad natal. Pero se las ingenia, a partir de
esta opacidad del lenguaje, para hacernos reflexionar con frases del estilo “Ahorita
no está así que tú digas chidote, acá, mamalón”. Eso le dice Ulises, que no
habla inglés, a Lin, que no habla castellano. Pero igual ella se da cuenta,
porque luego le pregunta si habla español. Es decir que en su breve contacto
con el castellano, la chica nota algo raro en el habla de Ulises.
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Wait güey
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Una vez más, entonces, viejo lector desprevenido, venimos a
caer en la cuenta de que lo que decimos no siempre es lo que queremos
decir. Y que la tarea del arte no es
ponernos las cosas fáciles. Más bien al contrario, que nuestra experiencia
perceptiva frente al hecho artístico se prolongue lo más posible.
Que el chido del cielo los bendiga, carnal. Les trucha,
loco.
Fernando Berton
Julio, MMXX