Comprar RELACIONES

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sábado, 9 de marzo de 2013

Una Historia de Amor VI - Final

   
    Los roces,
el escuálido presupuesto,
las rutinas inexpresivas,
un cierto nihilismo,
algunas verdades incontrastables,
algunas exigencias inopinadas,
los orgasmos mecánicos,
una cara de disgusto,
el viento despeinado en la mañana,
una cama deshecha permanentemente,
aliteraciones alimentadas con desaliento,
la desactivación de la magia,
una impronta lenta,
varias cacerolas vacías,
y sucias,
y el humo de miles de horas fumadas en el desánimo,
en el desencuentro,
en el descenso a los peores aspectos
de las cuestas abajo,
ya sin gracia,
obediencia,
obligación,
recuerdo de la noche trémula,
de la carne firme
y del beso fácil,
que se han ido
quién sabe adónde
tal vez con quien
acaso cuando
para qué.
Fernando Berton
Copyright 2013



jueves, 7 de marzo de 2013

Lucha cotidiana


La cosa no pasa de ahí. Vamos a tomar unas copas y después volvemos, no muy tarde, no muchas copas, mañana será otro día de trabajo y no se puede llegar después de hora.
El tren se ha demorado, el cantinero se ha olvidado los pedidos, las chicas están muy ansiosas. Todo hace que nos quedemos más de la cuenta, que bebamos y besemos y sigamos de largo.
Doscientos pesos salió todo, y como de costumbre la mayor parte la tuve que poner yo.  Hace tiempo que pienso que esto no puede continuar así, y así estoy noche a noche.
Ya me cansé de poner excusas en el trabajo por las llegadas tarde.  Esta vez diré que me quedé bebiendo más de la cuenta, demasiado tarde, demasiado sexo.  ¿A quién puede importarle?

King Kong



     Ví la versión de 1933 en la tele,  cuando yo tenía siete u ocho años, a principios de los setenta. Por entonces, los efectos especiales no estaban en boca de todo el mundo, y no todos los que íbamos al cine sabíamos de efectos especiales. Nos importaba más el tema que si estaba bien filmada. Después de todo, todos sabíamos que un mono de semejante tamaño era de mentirita.

     De todas maneras, había algunas cosas que nos hacían gracia, como que la chica entrara completita en la mano del gorila, y movia sus patitas desesperadamente. Y algunas otras desproporciones también llamaban la atención.

     Con el correr de los años, Spielberg hizo su versión, tal vez envalentonado por el éxito de Tiburón, se dedicó a hacer un gigante mucho más expresivo y bastante más parecido a un gorila de verdad, pero en estos tiempos ya estábamos más acostumbrados a estos avances tecnológicos.

martes, 5 de marzo de 2013

rafelys 2197


No estaba muy seguro de qué título ponerle a esta entrada. Pensé algunos cómo:

a. Demuestra que no eres un robot

b. Cambiá de dealer

c. ¿Te sentís bien?

y por último

d. Confesiones de un fafafero.

Decidí ponerle el que le puse. Hay cosas que no entendemos. Pero de todos modos quise compartirlo. Decía Borges que el significado de un poema está en la relación que existe entre el poema y el lector; así como el sabor de la manzana solamente existe al entrar la manzana en el paladar. El poema en sí mismo no sería más que un conjunto de letras que estropean un papel en blanco.

jueves, 28 de febrero de 2013

La espalda del pintor


Fotografiar al pintor en el momento justo que pinta el paisaje.

Puede ser una especie de viaje hacia el infinito, como espejos enfrentados.

Puede ser un intento de buscar la tranquilidad en la elección de los colores.

Un poquito de azul aquí y allá .

Un silencio apenas roto por las caricias del pincel sobre la tela.

Y un momento en el que la cámara capta ese momento.

¿Pintará el pintor su propia espalda?

¿Pensará en que es capturado en ese instante, y entonces el paisaje debiera ser otro?

¿O pensará simplemente en la tranquilidad que tiene, sin importar las otras cosas que se piensen?

Pero al paisaje solamente le importa estar, sin pintor y sin fotógrafo.





miércoles, 27 de febrero de 2013

¡Qué linda es la modernidad!

Esta mañana salí a caminar, como casi todos los días, en un plan de mantener mi mente alejada de las pavadas que suelen ocurrírsele cuando está quieta. En general hago un recorrido de una hora aproximadamente. Hoy me torcí el pié al cruzar la vía, de manera que fue un poco de menos, porque me sentía algo dolorido y no quise esforzarme inútilmente.

Fue entonces que encontré un "Bisttró", que a esa hora estaba cerrado, y por lo tanto no pude ver el cardapio. Pero supongo que un menú ejecutivo en este lugar podría consistir de lo siguiente:


Entrada
Hipotenusas a la Pitágoras
o
Catetos a la vinagreta
o
Bisectrices en su salsa de medianas

Principales
Souflé de cotangentes a la faiçon du chef
o
Terrine de bases medias de triángulo isósceles
o
Tallarines en salsa de octaedros

Postres
Mousse de ángulos llanos
o
Ensalada de trapezoides

+ Café ecuclidiano.

$ (45 . 8) + (3,14-1)



Encontré el siguiente link que dice de qué se trata un "Bistró":

o copia y pega en tu navegador

http://tuspreguntas.misrespuestas.com/preg.php?idPregunta=9163




martes, 26 de febrero de 2013

Home by the sea



Nos encantaría vivir en cualquier lugar que tuviera una mejor vista que la que tenemos. Salir de la casa y ver el mar, escuchar el incesante siseo de cielo y sirenas.

Soñamos con salir a caminar descalzos por la playa, ver las aves y los barcos que se llevan otros sueños a distancias increíbles, a tierras extrañas, a mundos otros.

Recorremos el pasillo de arena que separa estas sensaciones de libertad y de comunión con la naturaleza, de las baldosas y los caños de escape que están más allá de la rambla descuidada y ruinosa.

Internarnos en lo profundo de nuestra mirada y llenar los pulmones y las retinas con el gusto a sal mezclado con el aire frío que viene desde el fondo de Neruda, mientras un niño triste nos mira desde la mirada de otro mar, de otro amor, de otra tarde entre el silicio y el cloruro.

Vamos a soñarnos un miedo que se queda tomando el té en la casa junto al mar, mientras caminamos de repente con el agua en los tobillos, los cangrejitos que se ocultan rapidito al ver nuestros pies amenazantes, los peces que llegan hasta la orilla a juntar plata para el almuerzo.

En medio de todo eso, está la vieja realidad de cemento que se interpone entre nuestros sueños y la almohada de caracolas marinas que supuestamente usó Alfonsina para salir del dolor de ya no estar en condiciones de aguantarlo.



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