La Tierra según Filomena Cunk, (Netflix,
2023, protagonizado por Diane Morgan), puede encuadrarse en el género
“Documental apócrifo”. Digamos que un documental apócrifo
(también llamado falso documental o docuficción) es toda aquella
pieza audiovisual que construye una ficción que emula el lenguaje
del cine documental y de los discursos audiovisuales que tienen que
ver con la representación de la realidad.
Sin embargo, en este caso los hechos
que se muestran
son verídicos, y solamente es falsa la presentadora. En
una destacada labor, Morgan encarna a
una muchacha algo ingenua, por momentos, ya
que supone que la tecnología debería permitir comunicarnos con el
pasado, y en la creencia de
que la vida moderna es mucho
mejor que la antigua. Podríamos decir que es una arrogante de la
ignorancia, y que la medida de todas las cosas es ella misma.
Este personaje poco dado a la risa,
vagamente profesional y que detesta la literatura, sin embargo, se
las ingenia para poner en aprietos a los entrevistados, que van desde
profesores de historia a expertos en arte. Y nos parece que el
capítulo 4, “The rise of the machines” es el punto culminante,
donde con su ingenuidad afectada pone en crisis el modelo
armamentista del mundo en general pero de Estados Unidos en
particular. Casi al final, entrevista al Profesor en Historia
Imperial y Militar por el King’s College de Londres, Ashley
Jackson, en referencia a las bombas nucleares arrojadas sobre Japón
al final de la Segunda Guerra Mundial. Con su habitual parsimonia,
Filomena comenta:
- Es reconfortante, ¿verdad?, darse
cuenta de que ya no tenemos armas nucleares hoy en día.
A lo que Jacson responde:
- Bueno, depende de lo que uno
entienda por “nosotros”. Los británicos tienen muchas armas
nucleares y recientemente de hecho decidieron incrementar el número
de ojivas que poseen.
- Sí, responde Cunk, pero están
vacías, ¿no? Están llenos de bombas vacías.
- Para nada, informa con seriedad
Jackson. No, no, son sistemas de misiles totalmente funcionales
equipados con cabezas nucleares. Muchos otros Estados las tienen. Me
temo que la guerra y la amenaza de destrucción nucleares están muy
presentes entre nosotros.
En ese momento, Filomena Cunk se
quiebra, vuelve la vista, baja la cabeza y solloza angustiada.
Y no es para menos. Todo ese poder
nuclear sigue estando ahí y podría utilizarse en cualquier momento.
Ahora mismo estamos frente a dos conflictos enormemente
injustificados como son la guerra entre Rusia y Ucrania y la de
Israel contra Hamas en lo formal y contra el pueblo Palestino de
manera solapada. Como si todos hubieran olvidado de pronto el dolor y
las muertes horripilantes que padecieron en la Segunda Guerra
Mundial. Parece no importarles. Y eso por eso que la presentadora,
que parecía inmutable, llora con angustia. En ese momento, deja de
ser falso su personaje y cobra enorme sentido todo el capítulo.
Fernando
Noviembre, 2023