Tiene, también, su película, que no vi -como sí vi la de Garfield, que me pareció espantosa- por lo que no puedo juzgarlo.
Cuando salió el filme, apareció en distintos canales de TV, Nik, el autor de Gaturro. De verdad me dio un poco de miedo, como esos personajes de las películas de terror para adolescentes que usan anteojos, estudian mucho, no tienen éxito con las muchachas y un buen día se levantan y matan a unos cuantos de varias cuchilladas certeras, y sin contar las que caen en el mismo ujero.
Gaturro se ubica en Av. Belgrano y Azopardo, frente al edificio de la Aduana (hoy AFIP), y que ya ha participado en otro artículo de este mismo blog. (La Aduana)
Con su bocota desproporcionada y graciosa, nos hace un gesto de que está todo bien.
Tiene, como todas las otras figuras, la capacidad de mostrarnos las espaldas, cosa que es poco habitual en la historieta 2D del papel. Y eso está bueno. Vemos que tiene una colita muy simpática, y sus cachetones también cubren buena parte de la cabeza.
Sigue creciendo el Paseo de la Historieta, y está bien para hacer un recorrido por la parte histórica de Buenos Aires.
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