Comprar RELACIONES

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martes, 31 de julio de 2012

La cuenta, por favor


Pedir la cuenta significa llegar al final de algo. De ahí en más, será hasta la próxima.
- La cuenta, Señor, por favor.
Y el Señor, que poco sabía de adiciones gastronómicas en el principio de los tiempos
le mandó a la parca.
Llegó, así, el primer muerto a los cielos.
Lo volvieron loco, puesto que era el único,
ángeles, arcángeles y otras criaturas
celestiales,
lo acribillaron a preguntas.
Cómo te diste cuenta que habías muerto
Es doloroso morir
Cuanto tardaste en llegar aquí
Viste si el infierno está debajo del cielo
Está pavimentado el camino del infierno
-como dicen-
de buenas intenciones
Y tantas otras preguntas por el estilo
hasta que el primer muerto, confundido
porque lo que estaba pasando
sonaba más a un castigo
que a la gloriosa vida eterna
gritó ¡Basta!
y pidió audiencia con el Señor

El silencio que sobrevino fue terrible
insoportable

Callaron Querubines y Serafines
callaron, también, Ángeles y Arcángeles
salvo uno, el más bello ángel de todos
   los ángeles

   Con voz de trueno, aunque con toda
calma, dijo al primer muerto que
llegaba a los cielos:
    El Señor no concede audiencias
    a las muertos
    por más primer muerto que sea
    pero, por eso mismo, manda decir
    que me transmitas a mí, el más ángel
    entre los ángeles,
    tus motivos para querer molestarle

Se aclaró la voz el primer muerto
y mirando fijo a los ojos al emisario
del Señor,
habló
¿Y así reciben al primero que llega
a los cielos
para disfrutar los goces de
la vida eterna?
¿Tal el trato que le brindan a quien
ha cumplido los preceptos que el Señor
impartiera, que ha sacrificado puntualmente
sus corderos
y cumplido puntillosamente
los mandatos del Shabbath?

Se produjo, nuevamente, un silencio
que podía cortarse con cuchillo
y se produjo, entonces,
una lucha enorme entre el Ángel más bello
y el muerto más muerto

Cayó el Ángel de los cielos
en el fragor de la batalla,
y quedó el muerto medio muerto
de cansancio
en su nube con sus alas
por toda la eternidad

(La cuenta, eso sí, quedó sin pagar)

Fernando Berton

Copyleft: Julio, 2012



lunes, 30 de julio de 2012

Sonreir


Esta es una nueva etiqueta: Sonreír. Alguna vez leí que es decirle al cuerpo que te sentís bien. Que no todo está perdido, como parece si le hacemos caso a "Adivinanza y los medios de comunicación", (que puedes encontrar en este mismo blog).

El señor de la fotografía es Al Di Meola. Eximio flautista, y que también se la rebusca con la guitarra. Pueden poner en U tube "Al Di Meola - Libertango", y escuchar cómo una guitarra electroacústica suena, por momentos, como eléctrica. Cómo este señor toca con una guitarra lo que otro grande hizo con un bandoneón.

Estas son cosas que me hacen sonreír. Iré buscando, a lo largo de los días, otras, para recordarlas cuando un pedazo de tristeza, o de bronca y furia, vengan de repente a llevarse la sonrisa.

Gracias Astor y gracias Al. Queridos lectores, escuchen las dos versiones, y después me dicen si pueden dejar de sonreír.


¡Salud!

Escribir todos los días


Escribir todos los días aunque sea un poco aunque sea triste. Un poco de lo poco de bello que ocurre en medio de la rutina agobiante, la falta de tiempo o las ocurrencias a deshoras. Escribir aunque sea de este modo es hacerle una gambeta al destino; es estar por un instante en otro lado, al costado de otra dimensión, es alcanzar fugazmente un pedacito  de felicidad.

(Esto es un comentario que hice en mi teléfono celular hace un tiempo. Buscaba, hoy, una fotografía para ilustrarlo, y dí con este blog, y quiero compartirlo, porque esto del oficio de escribir es bastante parecido a lo que quería decir. Invito, entonces, a que visiten http://oficiodescribir.blogspot.com.ar/ )


domingo, 29 de julio de 2012

Respirar 4


Entonces, casi de pronto, me animo a subir, a escalar, sin temor a morir en el intento.
A levantar un pie, y luego el pie, y recordar a Cortázar mientras el pie acompaña al pie, y poner las manos así para asir, por un instante, un peldaño, para estar en posesión del propio destino por un segundo apenas.
Que así  de la nada parece   una tontería, pero resulta un logro más que destacable, si  me pongo a pensar por un momento que no hace mucho tiempo hubiera sido capaz de salir descalzo con tal de no subir a buscar los zapatos si me los hubiera olvidado . Y estas son las cosas que me dan ganas de seguir, porque me doy cuenta que estoy yendo hacia una vida mejor, que no sigo rompiendo lo que ya está roto, y que tal vez pueda respirar cada día más


De todos modos, por un instante siento que el frío no me hace bien, y vuelvo a sentir el pecho cerrado, que al aire le cuesta entrar, y que necesito estar en lugares calientes. Si bien debo aclarar que lo que siento no tiene punto de comparación con lo que me pasaba hace no menos de un mes, que en el momento mismo de levantarme sentía el pecho totalmente cerrado, y una lucha permanente por un poco de aire.


Y por eso van todas estas fotografías de escaleras, porque subí por todas ellas y pude seguir caminando  al llegar. Porque son el símbolo de lo conseguido, y de lo rápido que uno se recupera de una situación tan espantosa como la que va quedando atrás. 
¡Salud!

lunes, 23 de julio de 2012

Expiración

viene a ser, de algún modo, lo contrario de la inspiración
es sentir que no ocurre nada digno de ser contado
o que el cansancio de un día intenso de emociones
se da de narices contra un reclamo absurdo
o inesperado
tal vez injusto
tal vez no
pero que sin dudarlo un instante
no estabas esperando
no lo tenías en un tus planes
que consistían en llegar a casa
despojarte 
de los zapatos
del cansancio
de la muerte
que de a poco
sin agitarse
va ganando terreno
pero no te lo dice
apenas te mira de reojo
se esconde detrás
de una magnolia
que aparece de repente
de la nada
en una calle olvidada
de sus vecinos y de sus parejas
que alguna vez pasearon sus sentimientos exaltados
y hoy están ahí entre los musgos de los adoquines llenos de odio
entre las juntas
y nada más



Fernando Berton
Copyleft: Julio de 2012

viernes, 20 de julio de 2012

Prolijo pero vago


El tipo (o tipa, la verdad no lo sé, pero a los efectos del relato será "tipo", para evitar las molestas generalizaciones que llevan la forma estimado(a) usuario(a)), tiene ganas de emprolijar su casa. Que no digan "che, mirá el coso este que vive en ese edificio todo roñoso".
Así que ese día se levanta temprano, se toma unos matecitos, un par de bizcochitos, y después va y se compra un rodillo, un tachito de pintura, y, orgulloso, se pone a pintar, y la casa le queda un chiche.

- Vieja, ¿qué hago con lo que sobró de pintura?
- Ay, no sé viejo, ¿por qué no pintás un poco el frente que está re feo?

Y sí, la verdad que una pintada no le vendría nada mal.

Entonces, sale al balconcito, rodillo en mano, y pinta. Hasta donde le dá el brazo, claro. Bueno, no van a decir que el tipo es un desprolijo, pero que es un vago, no cabe ninguna duda. Porque ¿qué le costaba sacar la escalera, o un simple banquito, para emparejar un poco?

En fin, acaso yo sea demasiado quisquilloso.

¡Salud!




jueves, 19 de julio de 2012

La digestión de la Humanidad


1º de mayo de 1997.


                El Capitalismo no deja nada librado a la improvisación. ¿Cómo podía llamarse un café en la entrada de un aeropuerto?. “Punto de encuentro”. (En francés, claro, pero no puedo escribirlo bien).
               
                En el medio del embotellamiento hablamos (si puede decirse), de Chirac, Astiz, Platini y France ´98. Al fin llegamos a su casa, y pude arrellanarme en un sillón, con café instantáneo y leche en polvo. (Típico lugar de soltera con muchas obligaciones. Muy cool). Eso sí: hacía bastante frío.
               
                Luego de saltearnos el almuerzo, fuimos a caminar por París:  L´Etoile, La Louvre, Place de la Concorde, Champs Elysèes, un viajecito en Metro. Frente al Louvre pude ver la famosa pirámide de metal y vidrio que mandó a construir Miterrand. Una verdadera pena, porque cubre la fachada del edificio, que en mi opinión es mucho más importante. Y por dentro, uno se encuentra ahora con una variedad de negocios de ropa, reproducciones de las obras, cafés y venta de cigarrillos. Nuevamente, el capitalismo ha hecho de las suyas: seguramente los miles de turistas que recorren el museo, luego de algunas horas deben sentir deseos de tomar algo, de comprar un suéter o de ir al baño. Y qué mejor que hacerlo dentro mismo del lugar, en esta vieja cultura frita. Seguramente, al volver a casa, uno puede jactarse de ese bello pulóver que ha comprado en el mismísimo Louvre. (Y yo que pensaba que hacer un shopping de las Galerías Pacífico era una especie de salvación posmoderna a una hermosa obra de arquitectura. Una cagada, en verdad, pero al menos se recupera un bello lugar para la ciudad).
               
Pero al ver el Louvre convertido en una especie de Galerías Pacífico en el primer mundo, me dio como una cosa. Porque, que yo sepa, el museo francés nunca estuvo lleno de mugre, ratas y delincuentes. París, en general, ha respetado la Historia de sus calles, sus farolas y adoquines parejos con miles de años. De hecho, durante la Segunda Guerra, los vitrales de Nuestra Señora de París fueron guardados para evitar alguna bala perdida. Y ese respeto por la Historia es un culto a la identidad de la ciudad y de sus habitantes, que por generaciones pueden disfrutar de los mismos lugares de la misma manera, que sólo son mantenidos en su forma original.

                Todo esto, cher Karine, es lo que intentaba decir mientras caminábamos en silencio por las Tulieries, les Champs Elysèes. Es, en parte, lo que quise decir con “La digestión de la humanidad”: haber visto el Louvre rodeado de mierda capitalista, que no se pierde ninguna oportunidad de vender a gran precio lo que vale menos de la mitad a diez cuadras.

                De hecho, el museo mismo es una muestra del producto de la digestión: tenemos ahí las obras de griegos y egipcios que fueron conquistados por la avasallante cultura occidental, que se afanó todo lo que pudo. (Imaginaba a Napoleón, mientras ponían el Obelisco en la Concorde, puteando por no haber podido traerse las Pirámides. E imagino a Miterrand, mientras construía esa mierda de pirámide vidriosa, creer honrar a Napoleón. Pienso en las Galerías Pacífico,  y no puedo dejar de reírme).

                En cierta forma, si es cierto que la Grecia Clásica es el origen de la cultura occidental moderna, este siglo xx es el fin del proceso digestivo, y nada de lo producido hoy por el capitalismo puede ser otra cosa que mierda.

                Los griegos no creían que esclavizar gente estuviera mal. El capitalismo tampoco cree que el plusvalor esté mal, y que la opresión del trabajador por el capitalista sea algo que haya que reconsiderar. Los griegos, al menos, hablaban de esclavos con todas las letras. El capitalismo, en cambio, habla de libertad (legalidad y fraternidad, pero dicho en francés), del tipo que tiene que romperse el lomo para producir algo que jamás podrá comprar con el maldito sueldo que gana, por decirlo de algún modo.

                De tal manera que hemos caminado todo este camino para estar tapados de mierda. Para haberle afanado las estatuas a los pobres griegos y ponerlas en un museo de París (adonde deberá viajar un griego moderno si quiere conocer esa parte de su propia Historia).

                Francia está sufriendo en carne propia, también, un fenómeno similar cuando discrimina a esos africanos que vienen de las colonias hablando en francés rudimentario de libertad, legalidad y fraternidad.

                Acaso Lennon lo ha dicho mejor y más sintéticamente:

Imagine

Imagine there’s no heaven,
it’s easy if you try
no hell bellow us
above us only sky
imagine all the people
living for today.
Imagine there’s no countries
it isn’t hard to do
nothing to kill or die for
and no religion too
imagine all the people
living life in peace...
Imagine no possessions
I wonder if you can
no need for greed or hunger
a brotherhood of man
imagine all the people
sharing all the world.
You may say I’m a dreamer
but I’m not the only one
I hope some day you join us
And the world will be as one.

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