My name is luka
I live on the second floor
I live upstairs from you
Yes, I think you’ve seen me before
Suzanne Vega – “Luka”
La casa de Riqui es un monoambiente, todo forrado en machimbre, incluso el cielorraso. Me dio la llave en el hospital, el último día que lo vi.
Ya hablé con Tomate, me dijo Riqui, no te va a joder.
Nomás te va a pedir algo cada tanto, me dijo también, y que no se te gane nadie en la casa, así que cuidate.
Gracias, Riqui, le dije yo, te quiero un montón.
Rajá de acá, maricón, me dijo, quiero dormir un poco.
*
Los vecinos de arriba son de caminar a buen ritmo, de acá para allá, cada mañana durante veinte minutos, media hora. A la tarde, cada tanto, cogen a los gritos. Ella más que él, a veces. Él más que ella, otras. También me da la sensación de que en ocasiones pasan otras cosas, porque los gritos son de dolor. O no de placer. Son diferentes, al menos.
No los veo nunca, solamente escucho sus pasos y sus gritos, los de placer y los otros. Imagino que son una pareja, aunque no tengo certeza. Les pregunté a Martín y al Duende, pero no saben.
- ¿Qué sos, ahora, detective?, me dice el Duende
- Calláte vos, duende, le respondo, ¿qué sabés vos?
- ¿Y para qué querés saber, se puede saber?
- Qué se yo, para saber.
- Parecés una vieja chusma de conventillo, al final.
- Calláte, Duende, hacéme el favor. O pagáte una cerveza, mejor.
El Duende le hizo señas a Rómulo, que al ratito trajo una botella verde.
- ¡Eh!, ¿qué me viste, cara de potentado? Traé una marrón, ¿querés?
- Esta va por Riqui, dijo Rómulo.
Y todos bajamos la cabeza.
Fernando
Enero, MMXXIII
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