Tercer encuentro con Voggart – 15 de agosto
Es lunes. Pero es un falso domingo. Como en los verdaderos, los días feriados la calle está silenciosa y vacía. En horas de la mañana es cuando se nota el descanso dominical, y por una vez triunfan el silencio, la calma, cierto placer hedonista del no hacer nada.
Termino de calentar el agua y lleno el termo. De camino a la plaza compro unos bizcochitos. Llevo también dos medialunas. Como lo imaginé, apenas hay algunas personas que caminan o pasean sus perros. Me ubico en una mesa que está alejada de la avenida, más tranquila. Recuerdo que había ahí una calesita. ¿Adónde habrá ido a parar? A la noche, también dormía y sus figuras quedaban ocultas bajo una lona verde. ¡Cuántas tardes habré pasado allí!, recuerdo, procurando sacar la sortija. Hasta que ya fui demasiado grande para que me dejaran subir. Y a mi sobrina siempre la aterrorizó el artefacto giratorio, de modo que ni así pude volver.
El mate está rico, y los bizcochitos de grasa de la panadería El Trigo Limpio son los mejores del mundo, se deshacen en la boca antes de que se los pueda masticar.
Dos manos me tapan los ojos, en el viejo juego d adivinar quién es. Tiro un par de nombres incorrectos para sostener la situación, pero el perfume ya avisó que es Voggart. ¿Te costó, eh?, dice entre risas y se sienta frente a mí. ¿Querés un mate?, ofrezco. Más vale, por eso vine, comenta. ¡Qué depresión!, me indigno, y le alcanzo un amargo. Le ofrezco bizcochitos, y aclaro que son de El Trigo Limpio. No, gracias, no me gustan los de ahí, se deshacen antes de que los puedas masticar. Mirá, comento, y digo que también tengo medialunas. Ah, ¿ves?, esas sí me gustan. Mientras Voggart come
nos masticamos, nos gustamos, nos babeamos
Así un buen rato, en el que
nos contemplamos, nos inflamamos, nos enloquecemos
Hasta que informo que ya no hay agua. En casa hay, asegura, ¿vamos?
y nos desgarramos, nos mordemos, nos asesinamos
resucitamos, nos buscamos, nos refregamos
nos rehuimos, nos evadimos y nos entregamos
[Basado en Poema 12, de Oliverio Girondo]
Fernando
Diciembre, 2022
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