Cuando todas las cosas dejaron de ser sostenibles me refugié (¿tenía otra opción?) en esa realidad ficticia que tanto había odiado. Pero debo admitir que el mundo, ahí, dejó de ser amenazante y pude elegir a voluntad con quién compartir mi tiempo, qué libros leer o qué películas mirar, a la vez que formar parte de las tramas. Todo sin salir de mi tubo de ensayo, porque decidí migrar al híper-plasma, que no consume recursos ya casi totalmente agotados.
Pude saber que algunas personas optaron por mantener sus cuerpos, pero el riesgo de un colapso es muy alto, y si fallan los sistemas todo se pierde. Sería desaparecer definitivamente, como la antigua forma de morir.
Fernando
Diciembre, 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario