El pasaje al híper-plasma es un procedimiento conocido como RCP inversa, y que consiste en detener el corazón para, enseguida, volver a la persona a la vida. De este modo se consigue que el cerebro transite los cinco pasos básicos de la experiencia de morir y ser resucitado por RCP directa:
1) Percepción de separación del cuerpo.
2) Evaluar la vida.
3) Percepción de dirigirse a un destino.
4) Sentir el regreso al cuerpo.
5) Regreso a un lugar que se siente como el hogar.
Todos los pasos son registrados por medio de lenguaje de ADN para ser almacenados en un servidor que puede conectarse a seres vivos, fundamentalmente a plantas. Para ello, se realiza a la persona una oximetría cerebral que practica una espectroscopía cercana al infrarrojo, y captura todas esas emociones con un EEG portátil apuntado directamente a la frente del paciente.
Esas experiencias, únicas para cada persona, se almacenan en una carpeta individual y luego se transfieren a un tubo de ensayo de 15 cm3 que de ahí en más es la porción de híper-plasma que identifica a ese individuo. Momentos después, el híper-plasma es testeado para que todas las emociones de la muerte, así como el recuento de las experiencias vitales, funcionen correctamente. El cuerpo es desconectado, y la vida física deja de ocurrir. Ahora, soy solamente parte del híper-plasma.
Fernando
Diciembre, 2022
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