- ¿Podés creer, Márcia? ¡Ya lo tenía! Era un esfuercito más. Pero no, me quedé en banda
- ¿Y qué vas a hacer?
- Con esto nada, quedará ahí. Ahora tengo que armar un nuevo proyecto de investigación.
- ¿Ya tenés algo en mente?
- Tengo, sí.
- Bueno, cuando quieras me contás. Igual, te digo, seguí buscando. No pueden haber matado a todos los informantes.
- ¿Vos creés que los mataron?
- ¿Y si no?
- Presos, cambio de identidad, dinero para callarlos.
- Puede ser, puede ser.
- ¿Pero?
- Nada, nada.
- Bueno, cuando quieras me contás.
- ¿Unos mates?
- Dale. ¿A qué hora salís?
- En un rato, les doy la leche a las chicas y salgo.
- ¿Querés que te lleve a la estación?
- No, dejá, yo voy bien.
- Sí, pero son muchas cuadras, y vos con esa panza.
- Mirá, no sé qué es peor, si caminar o hacer equilibrio en la bici.
- Bueno, bueno. Pero por favor hablá para que te dejen trabajar desde casa.
- Sí, sí, ya saben. Voy hoy, un día la semana que viene y listo.
- ¿Segura?
- ¡Segura!
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