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domingo, 31 de marzo de 2013

La Bruma


             La tarde se fue enfriando poco a poco, como el corazón. Ya no se sabía muy bien si lo que se veía a lo lejos era un amor o un desamor. Apenas un poco de espuma le llegaba hasta los pies, y se producían algunos diálogos elípticos.
    - ¿Este es el bebé de Esther?
    - Es este, seee....
    - ¿Qué tenés de beber?
    - Té verde. Leche. Seven. ¿Qué querés?
    - Tè verde, ¡es excelente!
              Se fueron caminando despacio hasta la cocina. Perez prendió el fuego para calentar el agua, y Neme se quedó sentado en la banqueta cerca de la ventana, mirando hacia lo lejos.
              Después de unos minutos vino Perez con el té, y le preguntó si quería, también, unas galletitas.
    - ¿De qué tenés?
    -  De merengue.
             Tomaron el té en silencio y comieron las galletitas, ya no tan en silencio porque al romperlas con los dientes se generaba un ruido bastante rítmico.
             Afuera, la bruma se hace cada vez más espesa. Neme da el último bocado a su galletita, y sorbe el último trago de su té. Perez se lleva la taza y el plato y dice que se va a tirar un ratito, le entró un poco de frío y la tarde está muy fea para salir. Neme dijo que se quedaría un rato leyendo.
             Pero no leyó más que una hoja o dos. Se fue dejando llevar por el relato, pero pronto el sueño fue más fuerte.

         Los ojos se le cerraron de a poco, y aunque hizo un esfuerzo para no dormirse, no pudo evitar que se le nublara la vista, mientras entraba por un puente rústico, que no parecía muy extenso, aunque cada vez se le hacía más difícil saber qué tan largo era.
          Por fuera, la bruma era cada vez más espesa, y el frío mayor. Perez seguramente estaría calentito en la cama, después de haber tomado un trago de ron.
          Neme seguía luchando con el puente neblinoso, y la oscuridad lo hacía tropezar a cada rato. Se sentía un poco tonto tratando de no caerse y de distinguir hacía donde iba. No había viento, con lo que la niebla se hacía casi impenetrable. Estiró todo lo que pudo un brazo, y a medida que lo llevaba hacia adelanta dejaba de verse la punta de los dedos. Se asustó cuando tocó algo tibio, y retrajo la mano.
     - ¿Quién está ahí? ¡Conteste, por favor!
           Pero no hubo respuesta.
           Tembló al estirar la mano de nuevo. Y más aún cuando volvió a tocar un cuerpo tibio. Supo que era una mejilla. Con la yema de los dedos fue buscando otras facciones, y moviéndose despacio hacia la derecha recorrió la boca, la nariz, bajó hacia el mentón y volvió a la mejilla.
     - ¿Quién sos?
           Pero no hubo respuesta.
           Tembló al sentir más miedo, y un viento que se levantó de pronto agitó la niebla y le agitó el pulso. Cayó de culo sobre el puente, y escuchó a la distancia unos relinchos y los cascos de unos caballos. No pudo distinguir si el cuerpo que había tocado un momento antes seguía ahí, o había desaparecido. Tenía los ojos cerrados, y no podía abrirlos por más que lo intentara.
           Pensó en quedarse ahí sentado, a esperar que el sueño terminara. Después de todo, estaba en su silla de lectura, lo más cómodo, calentándose en la cocina mientras Perez dormía una siesta. ¿Qué podía pasarle?

7 comentarios:

Fernando Ramirez dijo...

Fer, buenísimo y neblinoso este breve episodio de en la vida de Neme y Pérez. Es en la realidad o en el sueño que este dúo hable con la e. Es en la realidad o en el sueño que Neme se topa con alguien. Ahí el pibe ya no habla con la e. En fin. Las fotos, son tuyas?

FeberBooks dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
blueprintes dijo...

Buen nivel en las fotografías (primero lo primero ajjajaj)
Me encanta el texto y ya espero esa segunda parte...
Saludos

NOSFERATU dijo...

Gracias por los comentarios en mi blog. Un placer haber pasado por el tuyo.
Saludos. http://jcleitza.blogspot.com.es/

FeberBooks dijo...

¡Gracias Javier! (Ya me dirá mi terapeuta por qué omito el Frnacisco).
Sindudamente que cada uno pone el acento en lo que primero piensa, y que en tu caso son las fotos.
Yo siento que la fotografía de pronto me atrae cada vez más. Y por eso intento ilustrar estos textos con mis propias fotos.
¡Salud!

FeberBooks dijo...

El gusto es mutuo, Nosferatu.
¡Un gran abrazo!

FeberBooks dijo...

Gracias por los comentarios, Fer. Veremos cómo sigue esta historia. El segundo capítulo se llamará algo así como La Bruma ii (la realidad es un sueño).
Hasta acá, parece que Pérez y Neme se hablan con la e solamente entre ellos.
Y las fotos son mías, sí señor. La del del puente tiene unos trucos con Picassa. La otra no, solamente la saqué en blanco y negro. Es una playa chilena que se llama Zapallar, a unos 100km al norte de Viña del Mar.

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