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jueves, 24 de noviembre de 2022

Autobiografía de Günter Frager - Capítulo 2

 

A veces entrábamos a comprarle medio paquete de cigarrillos

Roberto Arlt – El juguete rabioso

Riqui pedía. Cualquier cosa. Podía ser que cuando íbamos a bailar paraba gente por la calle y les pedía monedas. Venimos de Lincoln al velorio de la abuela y nos robaron. Riqui ponía cara de desvalido. Los demás poníamos cara ruda, para amedrentar. Nunca tuvimos problemas, y la plata la distribuíamos entre todos. Nos alcanzaba para las entradas y algunos tragos o cigarrillos.

Una noche se le dio por comprar flores, y le dimos una rosa a cada chica que nos gustaba. Fue un éxito que no se volvió a repetir. No hay que abusar, dijo Riqui.

Más adelante, cuando ya no teníamos cara de jóvenes provincianos engañados por los porteños, nos vimos obligados a usar otros métodos de persuasión para conseguir que la gente aflojara. Bastaba con acorralar a la persona. A veces la rodeábamos; otras, la llevábamos contra la pared. Siempre daba resultado.

No imaginamos que una chica tan linda fuera a dar tantos problemas. Primero nos dijo que no tenía plata. Riqui se impacientó. Dale, linda, no te hagás la pilla, te vimos pagar en el quiosco. Empezamos a acercarnos. Ella no se achicó. Se afirmó en el pie derecho, algo hacia atrás, listo para dar un salto si fuera necesario. Riqui siguió hablándole y nosotros empezamos a cerrar un círculo. La chica siguió sin soltar un mango, sin intimidarse, sin dejar de sonreír. Así podríamos haber estado un rato largo de no ser por un error grave que cometí: cuando le tironée la cartera, ella me clavó el codo en la boca del estómago, saltó como un resorte para darle un cabezazo en la frente a Riqui y no sabemos ni de dónde ni en qué momento sacó una 9mm. Lo que sí supimos es que de pronto nos apuntaba con la misma sonrisa que había mantenido todo el tiempo, hasta que nos metieron al patrullero.

 

Fernando

Noviembre, 2022 

N. del A: para quienes no lo saben, Günter Frager es un compositor imaginario al que Johann Sebastian Mastropiero le plagiaba casi todas las obras; incluso, su autobiografía. Aquí las pruebas: Les Luthiers - Günter Frager

 

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