Leo dos cuentos con serpientes en un mismo día:
"Cuando llueve parece humano", de Giovanna Rivero, en Tierra fresca de su tumba. Y "Animales paternos", de Juan Revol, en la revista Be Cult
Por suerte, 2021 no es el año de la serpiente, si no, ya estaría buscando una criollita para cortarme las venas, porque si digo una yarará para que me pique se perdería el tono irónico del comentario y pasaría a ser preocupante para los lectores. ¿Se imaginan el cargo de conciencia que les quedaría si, por alguna causa, termino picado por una yarará?
Pero sí hay coincidencia en el nombre de los autores: Giovanna es el femenino de Juan. Y en los temas: los dos son cuentos sobre engaños, madres y padres que tienen que vérselas con sus pasados, las consecuencias en el presente. El presente en distintas acepciones: tanto en sentido de presencia, de ahora como también de regalo. En los dos cuentos hay regalos. Regalos que se pierden, de alguna manera, por decisión de sus protagonistas.
Hay en los dos cuentos consecuencias. Hay en los dos cuentos distintos planos de narración. En itálica en el caso de Rivero, separados por asterisco (*) en el caso de Revol. Y ahora que lo pienso, Rivero/Revol tienen también su parecido. Con sus diferencias, claro. ¿De qué sirve parecerse tanto a otro que no haya diferencia?
Pero volviendo al tema de las serpientes. Recuerdo que que una vez en un viaje vi pasar una serpiente y me quedé mirándola. Incluso hasta le saqué fotos. Cuando le comenté al guía, se puso pálido. Tuviste suerte, me dijo cuando recuperó el aliento.
¡Es tan poco lo que sé de víboras!
Fernando
Diciembre, MMXXI
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