Ficha técnica:
TITULO ORIGINAL: Los
sonámbulos
ACTORES: Érica Rivas,
Daniel Hendler. Marilú Marini, Luis Ziembrowski, Rafael Federman.
GENERO: Drama.
DIRECCION: Paula
Hernandez.
ORIGEN: Argentina.
DURACION: 107 Minutos
CALIFICACION: Apta
mayores de 16 años
FECHA DE ESTRENO: 21 de
Noviembre de 2019
Los Sonámbulos, 2019 - Afiche oficial |
Son pocas las
referencias directas al sonambulismo que hay en la película de Paula Hernández.
Por lo que la pregunta que primero aparece al terminar de verla es el porqué
del título. Tal vez la escena inicial nos da una pista: aparece en primer plano
la protagonista, Luisa, mientras duerme. Pero la vemos en posición vertical. Luego
despierta, y se va incorporando. Ya despierta, otra vez la vemos en posición
vertical, pero no se nota el movimiento de cámara.
Con esta
paciencia narrativa se irá desgranando la historia: Ana, la hija adolescente,
tiene su primera menstruación, y Luisa la encuentra cuando está de pie, pero
dormida. La acompaña a la cama, la viste, la limpia. A la mañana, Ana, Luisa y
Emilio (el padre/esposo) viajan en silencio hasta una casa de campo para pasar
las fiestas de fin de año, con la madre y hermanos de Emilio. La cámara seguirá
a Luisa y Ana, con fundidos, hasta que se van aclarando lo que ven.
Hay un especial
hincapié en los ruidos (el líquido de una botella de cerveza mientras Ana viaja
a caballito de Alejo, su primo; la lapicera con que Luisa escribe apurada en la
camioneta, el llanto del bebé de Inés). Y esa paciencia narrativa se mantiene
aun en la primera disrupción: Memé, la abuela, los cambia de habitación cuando
llega su nieto Alejo, una visita inesperada).
Los conflictos
se irán acrecentando, de a poco, primero, entre dos o tres personajes, para
volverse generalizado en una ardua discusión que surge cuando todos se
inmiscuyen en la decisión de Luisa de no permitirle a Ana asistir a un fogón.
Los diálogos
son concisos, y salvo algún momento donde la familia juega un juego erudito, no
se escapan del común de cualquier familia en esas circunstancias.
Toda esta
calma está mostrada casi con exasperación. Y los personajes se ajustan a eso. Y
así como el perrito de la dama en el cuento de Chejov aparece poco y nada al
principio y luego desaparece, el sonambulismo se ve poco y nada, y se menciona
menos. Hasta que desaparece. O se transforma, quizás, en ese despertar violento
que dicen que hay evitarles a los sonámbulos.
La película
hay que mirarla en clave. Preguntarse el porqué de las cosas es una. Si nos
quedamos en la anécdota, puede parecer aburrida. O simplona. Pero lo que hay que descubrir son los motivos
de cada cosa, de cada escena, de los planos que siguen a los personajes (como
la que mencionamos al principio), de los silencios y de las pocas músicas que
se escuchan.
Los Sonámbulos, 2019 - Miradas |
Solamente como
defectos podemos mencionar el gorrito que lleva puesto el bebé, y que aunque
atribuible a la inexperiencia de la madre, no deja de desentonar entre tanto
calor y pileta y río. Y la escena del final parece un tanto apresurada después
de tanta paciencia para contar la historia. Quizás se le pueda atribuir a la
desesperación, pero igual creemos que podría haber sido un poco menos abrupta.
Feberbooks
Enero, MMXX
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