climbing up - summer - 2017
I sometimes wonder: ¿estaré haciendo bien? Y a veces me respondo que sí; otras veces que no.
Hasta las cuatro de la tarde,los deseos no están disponibles. Duermen el sueño de los justos, o las siestas ajustadas, mientras se deleitan en recibir caricias con las yemas de los dedos por la espalda las costillas o las nalgas.
Recién llegó un correo de vos. Decía cosas que no se entendían del todo, pero que más o menos se podía suponer que sí cuando todo el resto de la cuestión quedara en términos acordes a lo que se había pactado previamente en concurso real y en el pleno ejercicio de las facultades.
Más temprano que tarde las chicas lograrán su cometido y el resto deberá callar para pasar a otra etapa.
Ninguno de los dos consideró que fuera necesario caer en las falsedades tan frecuentes cuando el hombre común llega a su casa después de haber concretado una nueva jornada de trabajo y el resultado ha sido cero. Es decir, que todo lo que ganó ese día ya se lo ha gastado entre ir y venir del trabajo, la comida de él y la de su familia y entonces todo vuelta a empezar.
De un momento a otro la tarde se ha convertido en noche. ¿Qué pasó? Estaba nublado, y no nos dimos cuenta de la metamorfosis. De la tarde que se ha convertido en noche de un momento a otro mientras estábamos mirando hacia otra parte.
El tren ha salido demorado. Antes, salía de azul y blanco.
El subte ya no llega a la estación terminal, y la gente ha preferido caminar a estar esperando infinitamente en la parada del colectivo que no ha sido capaz de prever el aumento sideral de pasajeros.
La chica infinita llega a casa. Prepara un mate, y con una sonrisa enorme dedica una sonrisa amplia como un horizonte. Y luego entrega su deseo al sudor aumentado un millón de veces por un febrero excesivamente caluroso para lo que normalmente es un febrero.
Y así vamos pasando. Las cosas son lo que son.
¿Cómo creés que deberían ser?
Berton, Fernando
2017, febrero
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