Hace tiempo que, gracias a las modernidades y otras tecnologías, uno puede sacar fotos y no pensar en lo que va a costar el revelado. Entonces se puede sacar una foto a cualquier pavada que ande por ahí.
Por ejemplo:
El lector desprevenido pensará que este es un artículo promocionado. Hace bien en pensarlo (hay que sospechar de todo lo que es gratuito en estos tiempos), pero permítame decirle, desprevenido lector, que se equivoca.
Entonces, pensará en otro intento de prevenirse, el blogger intenta una denuncia acerca de los vínculos del poder político con el poder económico. Y permítame, ya no tan desprevenido lector, felicitarlo, porque está usted arriesgando hipótesis, que en estos tiempos de satisfacción inmediata de los deseos, es mucho decir. Pero lamento nuevamente decirle que se vuelve a equivocar.
¡Ah! ¡Ya sé! Lo que el blogger intenta es hacer una serie de capítulos para contarnos sus caminatas como si fueran un diario de viaje, remedo de Ulrico Schmidl. Bueno, bueno, ¡caramba! Tenemos un desprevenido pero muy avispado lector. Es muy buena la inferencia que infiere. Pero no, vea, no es eso tampoco.
¿Y qué corno, entonces? ¡Epa!, desprevenido avispado y nervioso lector. Ya estamos casi llegando.
¿A ver, a ver?
Bueno, pues ni más ni menos que una cuestión de perspectivas, de miradas, de ubicaciones. Hemos visto en un artículo anterior (Puntos de vista III) que al ir andando, se pueden apreciar distintos aspectos de las mismas cosas. Y hemos visto que se puede hacer un recorte intencional de esa realidad cambiante que se nos presenta. Este artilugio lo usamos todos todo el tiempo para llevar agua a nuestros molinos, como se dice. Y no está ni mal ni bien en sí mismo. Todo artificio, en definitiva, es posible.
Lo que en general nos preocupa son las consecuencias que estos recortes tan sesgados provocan en las personas, ya que el emisor de tales mensajes no se toma el trabajo de decir, de explicar, de poner en evidencia el recorte que está haciendo. Es decir que, en definitiva, estas manipulaciones son "mentir con la verdad". Nadie podría decir que el recorte no forma parte de la verdad. Pero tampoco podremos decir que el recorte es toda la realidad.
Aquí, entonces, ya prevenido lector, las pruebas al canto:
1) Acá hago un esfuerzo para que la realidad diga otra cosa.
2) Acá, hago un recorte que definitivamente quiere decir que estoy metiendo mano para decir en nombre de la realidad
Y esta segunda opción es, a mi entender, más peligrosa, porque el parecido con la imagen primera es mayor. Pero nos dice algo bien distinto.
Sé que a todas luces es un ejemplo algo burdo este que pongo, pero es que a veces estas sutilezas son las que nos llevan a tomar decisiones que luego nos ponen en peligro. Estas manipulaciones, usos engañosos de los artificios y recortes sesgados de la realidad son, en definitiva, las cosas de las que debe prevenirse el lector desprevenido.
¡Salud!
Por ejemplo:
El lector desprevenido pensará que este es un artículo promocionado. Hace bien en pensarlo (hay que sospechar de todo lo que es gratuito en estos tiempos), pero permítame decirle, desprevenido lector, que se equivoca.
Entonces, pensará en otro intento de prevenirse, el blogger intenta una denuncia acerca de los vínculos del poder político con el poder económico. Y permítame, ya no tan desprevenido lector, felicitarlo, porque está usted arriesgando hipótesis, que en estos tiempos de satisfacción inmediata de los deseos, es mucho decir. Pero lamento nuevamente decirle que se vuelve a equivocar.
¡Ah! ¡Ya sé! Lo que el blogger intenta es hacer una serie de capítulos para contarnos sus caminatas como si fueran un diario de viaje, remedo de Ulrico Schmidl. Bueno, bueno, ¡caramba! Tenemos un desprevenido pero muy avispado lector. Es muy buena la inferencia que infiere. Pero no, vea, no es eso tampoco.
¿Y qué corno, entonces? ¡Epa!, desprevenido avispado y nervioso lector. Ya estamos casi llegando.
¿A ver, a ver?
Bueno, pues ni más ni menos que una cuestión de perspectivas, de miradas, de ubicaciones. Hemos visto en un artículo anterior (Puntos de vista III) que al ir andando, se pueden apreciar distintos aspectos de las mismas cosas. Y hemos visto que se puede hacer un recorte intencional de esa realidad cambiante que se nos presenta. Este artilugio lo usamos todos todo el tiempo para llevar agua a nuestros molinos, como se dice. Y no está ni mal ni bien en sí mismo. Todo artificio, en definitiva, es posible.
Lo que en general nos preocupa son las consecuencias que estos recortes tan sesgados provocan en las personas, ya que el emisor de tales mensajes no se toma el trabajo de decir, de explicar, de poner en evidencia el recorte que está haciendo. Es decir que, en definitiva, estas manipulaciones son "mentir con la verdad". Nadie podría decir que el recorte no forma parte de la verdad. Pero tampoco podremos decir que el recorte es toda la realidad.
Aquí, entonces, ya prevenido lector, las pruebas al canto:
1) Acá hago un esfuerzo para que la realidad diga otra cosa.
2) Acá, hago un recorte que definitivamente quiere decir que estoy metiendo mano para decir en nombre de la realidad
Y esta segunda opción es, a mi entender, más peligrosa, porque el parecido con la imagen primera es mayor. Pero nos dice algo bien distinto.
Sé que a todas luces es un ejemplo algo burdo este que pongo, pero es que a veces estas sutilezas son las que nos llevan a tomar decisiones que luego nos ponen en peligro. Estas manipulaciones, usos engañosos de los artificios y recortes sesgados de la realidad son, en definitiva, las cosas de las que debe prevenirse el lector desprevenido.
¡Salud!
Fernando Berton
Marzo MMXVI
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