La Basílica de Nuestra Señora del Rosario se empezó a construir en 1751, y se terminó hacia finales del siglo. Que viene a ser el siglo XVIII; si no me equivoco. son 230 años. Con sus diferencias, ya que desde que se empezó hasta que se finalizó pasaron unos 32 años. Y se finalizó la construcción después de consagrada.
La torre oriental tiene, al día de hoy, la marca de los cañonazos de los ingleses en la invasión de 1807. Las banderas tomadas al almirante Whitelock se conservan en esta iglesia.
En la entrada, sobre la avenida del mismo nombre, se construyó un mausoleo en honor al General Manuel Belgrano, (sus restos se conservan en la basílica), haciendo esquina con la calle Defensa.
La iglesia y el convento ocupan toda la cuadra, por Defensa hasta Venezuela. Al doblar en Venezuela, nos encontramos con una puerta que, casi sin duda, debe tener sus doscientos años por lo menos.
Son dos grandes tablones, de unos 40 cm cada uno, unidos por dos planchas de hierro, en un marco también de madera, con bulones de hierro.
La puerta parece que abre hacia adentro. Y me imagino que si pudiera ingresar uno por ahí, estaría entrando a un lugar fresco, silencioso, alejado por 45 centímetros de pared del despelote cotidiano en esta zona de la ciudad.
Que si uno lo piensa, ya en aquel entonces los que se metían en el convento querían estar alejados de lo que pasaba afuera. Y si hace 230 años el afuera era un lío bárbaro, no quiero imaginar lo que pensarían ahora. Si bien es cierto que en aquellos tiempos, incluso bastante más acá también, las paredes eran tan gruesas porque no hacían columnas (no se conocía el hormigón), no lo es menos que los monjes se alejaban bastante de lo que pasaba afuera.
En realidad el motivo de este artículo no es la discusión entre la iglesia y la gente, sino en el misterio que encierra esta puerta.
Pero no me salió.
Otra vez intentaré algo un poco más logrado.
De cualquier modo, gracias por leer. Se aceptan sugerencias sugeridas por esta sugerente puerta.
¡Salud!
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