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lunes, 25 de marzo de 2013

El arte de vivir bien - 5


Capitulo 5


Violante era tan bella dormida como despierta, y recién levantada podía ser un cíclope cuando la miraba muy muy de cerca, las narices casi tocándose y la risa sostenida apenas con el roce de los pechos en el pecho de Remo y el insulto veloz porque se hace tarde pero mirá cómo estás, sí, me encanta, bueno bueno ay sí sí así.
Salieron, finalmente, a la calle hostil, llena de ruidos de motores, de cubiertas azotando adoquines, de humos infernales azotando los pulmones y un aire demasiado frío para ser verano y de mañana cuando los cuerpos deben separarse pero los pensamientos se quedan en ese cuerpo que se ve caminar despacito para un lado y el propio cuerpo tiene que irse para el otro lado hasta que el cuerpo número uno se da vuelta y ve que el cuerpo número dos sigue ahí mirando al cuerpo número uno, embobado, con la babita cayendo un poco así por la comisura de los labios, y entonces no queda más remedio que volver sobre los pasos y sorber esa babita con la punta de la lengua como un colibrí libando una flor, haciendo así con las alas rapidito para sostenerse en el aire.

Bueno, dale, andá. No, andá vos, me gusta mirarte cuando vas de espaldas. No seas tonto. No soy. Pero parecés. Sí, por vos. Ay, tonto. Bueno, me voy, nos vemos a la tarde, te quiero. Yo más. Chau. Chuik.
Sostener un día de trabajo en tales circunstancias debería considerarse trabajo inhumano, situación heroica, horas extra o algo por el estilo. Remo equivocó los nombres de los clientes, llamó a unos que no tenía que llamar y olvidó llamar a los que necesitaban urgentemente sus noticias. Puso mal los dedos en las teclas y en vez de escribir me despido atentamente se despidió muy caliente, y así estuvo hasta el mediodía, cuando por fin pudo hablar por teléfono con Violante, que es la única voz que quisiera escuchar hoy, no puedo más estar en la oficina me sale todo mal como a la farolera pero no me enamoraré de ningún coronel, no te preocupes, solamente estoy enamorado de vos.
Ay, que tonto que sos, yo también estoy medio boluda, pero por suerte tengo mi libretita y anoto los pedidos de los clientes mientras dibujo caritas sonrientes al lado de cada cortado al medio, lágrima, capuccino o café con leche con medialunas de grasa, ¿puede ser de manteca? Porque usted no me va a creer pero el pedido de medialunas de grasa no llegó todavía, no sé qué habrá pasado, y, a lo mejor el panadero estaba enamorado y se quedó colgado de los labios de la novia y no hay caso, por más que trate y trate no puede concentrarse en otra cosa. Y a mí me pasa un poco lo mismo, y usted dirá a mí qué me importa, si lo único que quiero es que me traigas el dichoso café con leche y las dichosas medialunas y si no hay de grasa porque se las olvidó el panadero olvidadizo, bueno traéme las de manteca o las que tengas que estoy apurado pero no quiero llegar al laburo sin desayunar porque hoy tengo un día que te la debo y si no le aporto un poco de energía a este cuerpo no sé que va a ser de mí, ay, cuándo será el día que no tengamos que trabajar.
Eso digo yo, observó el dueño desde la caja, a ver si te ponés a trabajar nena que los clientes están esperando que te decidas.
Bueno, ya me tengo que volver a la oficina. Y yo al bar. Te amo. Yo más. Chuik. Smack.

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