En determinadas circunstancias, el paisaje puede no ser favorable, y entonces nos sentimos insignificantes frente a la inmensidad.
La inmensidad puede estar representada en cualquier cosa que está a nuestro alrededor: un mar, un lago, un cielo, una mujer.
A veces, sin embargo, el paisaje puede pegarte una cachetada, y luego varios jags a la mandíbula, un uno dos, que te dejan sin aire, apenas podés mover las manitos así, un poco para allá, un poco para acá, esperando que suene la campana o el rival sufra un caro pardíaco redepente y te declaren ganador por knock out coronario o algo así.
En tales circunstancias, podés guardar la fotografía que tomaste y mirarla a cada rato, en cualesquiera de los medios digitales con que cuentes, sea +, libro, trino, tarjeta de memoria, pene drive, etc. Y cerrar los ojitos y soñar que estás de vuelta en ese lago sureño, con el frío que te corta la cara a pesar de que es verano, y que la llovizna apenas genera ese escenario justo para que lo retrates.
Pero, si la imaginación y el recuerdo flaquean -cosa que suele ocurrir-, no desesperes, he aquí una receta para la fabricación casera de un arco iris:
Figura 1: Modelo Terminado |
Ingredientes:
Jardín: 1
Manguera: 1
Agua corriente: Mucha
Atomizador: 1
Mano derecha: 1
Mano izquierda: 1
Espalda: 1
Sol: 1
Cámara fotográfica: Cantidad suficiente
Preparación:
Tome la manguera con la mano derecha. Utilice la mano izquierda para abrir el pico de riego en modo atomizador.
Ubique la espalda de espaldas al sol. Levante la manguera con la mano derecha hasta ubicarla a unos 45 grados. Cerciórese que la llovizna provocada actúe sobre la luz del sol de modo tal de descomponerla en los diversos colores que la componen y que, en general, no se aprecian.
(Ver la Figura 1 para darse una idea del objetivo ansiado)
Llegado el momento justo, podrá apreciarse la aparición de un arco iris ante sus admirados ojos, que de inmediato volverán hasta aquel espectáculo natural que lo indujeron a buscar la forma de fabricarse un arco iris en su propia casa.
Si el momento justo llega, entonces deberá utilizar la mano izquierda o derecha según sea su inclinación, para tomar la cámara fotográfica e inmortalizar el mágico momento que está aconteciendo ante sus propios ojos en el propio jardín de su propia casa (que puede, llegado el caso, ser alquilada, o bien de un amigo),
En tanto que el esmero puesto en la obtención de la escena, es posible que la naturaleza lo premie sin mayores requerimientos de participar en algún concurso, y se encuentre, al revelar su fotografía, con un doble arco iris cuando creyó que solamente había capturado uno.
Figura 2: Doble Arco Iris |
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