Venía caminando por Garay, y doblé en Piedras hacia el norte, y luego en Cochabamba, hacia El Bajo. Casi como de costumbre, mi viaje consistía en tres partes:
- El viaje propiamente dicho desde Constitución hasta la oficina
- El viaje interior tratando de no cansarme tanto y, valga la rebuznancia, tratando de darles un respiro a los pulmones
- El viaje por las paredes, en busca de la continuación de la mas maravillosa historia de amor, que me tiene intrigado y parece ser que no continúa por San Telmo.
Bueno, cuestión que al llegar Chacabuco, miro así hacia un costado para asegurarme no ser atropellado al cruzar y lo ví.
BUEN
DIA
La foto no es del todo fija, porque después de caminar un rato, el pulso no está tan firme (hay una disciplina deportiva -creo que de los juegos olímpicos de invierno-, que consiste en esquiar una cantidad de kilómetros, sacar una carabina y tirarle a un blanco. Gana el que lo hace más rápido y acierta más al blanco. Es difícil, justamente, porque hacer puntería después de la actividad física se te complica bastante.
Digamos que esto no está muy lejos de aquello, maxime cuando me quedó la cámara en casa, y con el celular no estoy muy canchero.
En fin, me fui por las ramas. A lo que iba este pequeño artículo, era a expresar este buen deseo a todos los lectores y amigos, y qué mejor que con un esténcil que aparece así de pronto, un lunes a las ocho y pico, cuando todavía falta tanto para el fin de semana.
¡Salud!
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