Cuando me confiscaron la palabra
y me quitaron hasta el horizonte
cuando salí silbando despacito
y hasta hice bromas con el funcionario
de emigración o desintegración
y hubo el adiós de siempre con la mano
a la familia firme en la baranda
a los amigos que sobrevivían
y un motor el derecho tosió fuerte
y movió la azafata sus pestañas
como diciendo a vos yo te conozco
yo tenía estudiada una teoría
del exilio mis pozos del exilio
pero el cursillo no sirvió de nada
[Fragmento de la casa y el ladrillo]
Hoy pasé por un Kiosco de diarios, revistas y libros y encontré un volumen que incluye cuatro (4) libros de Mario Benedetti. Lo compré de inmediato, en esta etapa de mi vida en la que intento reconstruir mi biblioteca, y hacerle honor a ciertos autores que leí hace ya mucho, de manera desprolija a veces, otras casi casual.