Tiempo atrás, en una maceta que tenía en el patio brotó un paraíso, seguramente de una semilla que voló desde el que está en la vereda del vecino. Creció y creció hasta la altura de un metro, maomeno. Cuestión que para árbol es petiso, y para bonsái es enorme. Lo iba a sacar, porque pensé que qué vida iba a ser esa, metido ahí en una macetita de 80X12cm. Sin embargo, lo dejé. A mediados de marzo ya no tenía más hojas, y se le cayeron todas las ramitas. El otoño, a pesar de los 37°C, estaba cerca y se ve que los genes le indicaban al arbolito que ya era hora de hibernar.
Después planté al lado un crisantemo, pero como le daba poco sol, mudé la maceta al alféizar. Entonces al crisantemo empezaron a salirle hojas nuevas, ¡y también al paraíso! De verdad que estoy re sorprendido, porque nunca había visto una cosa así, un árbol que perdiera las hojas una semana y después de diez días empezara a brotar. Tal vez esperaba ese sol que ahora le da, y de alguna manera me agradece la mudanza. Pero ni idea, ignoro todo acerca de la vida interior de los árboles.
Esta mañana fui a regar, y vi que tiene más hojitas recién salidas. No paro de sonreír. Es como enamorarse a los 60 y empezar todo otra vez cuando uno creía que ya no.
Fernando
Abril - MMXXIII
P.D.: Se preguntará el lector desprevenido si la pava es la misma de la que hablamos alguna vez. Pero esa historia quedará para otro día.
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