Después de bajar el cajón con las obras, Cassie y Agus se quedan conversando un rato. Agus hace un café irresistible, además de anécdotas siempre graciosas con los proveedores, los clientes, hasta con los museos. Además, con Agus se puede hablar de cualquier cosa y nunca va a decir algo que no sabe, o meterse en temas que desconoce. Parece natural, entonces, que salga el tema de la plataforma.
– Pero si preferís, no me digas nada –dice Agus con prudencia.
– ¿Sabés qué?, te voy aceptar la copita de Amarula.
Agus sonríe. Después de todo, piensa Cassie mientras Agus sale a buscar la botella, si no había controles cuando vine, no sé por qué motivo tendría que haber ahora.
– La plataforma ahí anda. Ahora Ernesto fue a lo de Amadeo a ver los avances. O supuestos avances, porque Amadeo lo viene bicicleteando hace rato con eso. No es que no sepa, pero tampoco se atreve a decirle que no a Ernesto. Porque ¿cuánto hace que están con eso? ¿Un año? A ver, peráte, porque empezaron después del accidente, ¿qué cuándo fue?, en ¡marzo! Más de un año, entonces, qué lo parió, che, el tiempo vuela, es verdad, ¿vos te das cuenta? Al principio era lógico que tardara, porque la verdad, la verdad, el pedido es bastante raro. Pero, y te aclaro que yo no entiendo nada de mecánica, ni de hidráulica, ni de nada, una vez que entendiste la idea, ¿cuánto te puede llevar hacer una plataforma que se sacuda un poquito? Bueno, sí, ponele que se le complique lo de la ventanilla, ahí te doy la razón. ¿Pero tanto? Entonces no sé, a mí me viene bien que Ernesto esté ocupado. Vos ya sabés que es un encanto, hacemos todo juntos, la verdad, no es un tipo que le esquive al bulto nunca, salvo que esté muy cansado, o no se sienta bien, que es lo más normal, ¿no?, uno no está todo el tiempo al cien por ciento, pero sacando eso es un amor. Ahora, entonces vos te preguntarás ¿qué le preocupa a Cassie? Y, mirá, a vos te lo puedo decir porque sos la única persona que conozco que sabe guardar un secreto, porque ¿cuál es el secreto de guardar un secreto?, ¡no contarlo!, más vale, y yo no puedo contar nada en ninguna parte porque enseguida se sabe. Además que yo tengo un perfil público, podemos decir, no muuuuy público pero más que otros, qué se yo, no tiene importancia para mí, solo lo comento porque vos viste cómo es la gente, alguien que más o menos se destaca enseguidita le quieren encontrar un romance, un chanchullo, algún vínculo con un político, una estafa, cualquier pavada, bah, en vez de decir mire qué lindo lo que hace Cassie, jaja, perdón la cacofonía, no, ahora la cuestión es el escándalo, el chisme, a ver si caga más alto que el culo, si anda de trampa, eso. Entonces no ando diciendo nada, pero después del accidente las cosas no son iguales. No sé bien cómo, pero algo hay mal que no está bien. Es como cuando te das cuenta de que alguien desafina pero vos de música ni jota. Te das cuenta, pero no lo podés explicar. No está distinto, no habla pavadas, sigue tan atento a todo como siempre. Pero no es igual. Desafina, jaja, claro, vos lo dijiste. Pero no sé por qué.
Fernando
Diciembre, MMXXI
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