choripan |
Fue una convocatoria rápida, urgente, visceral.
Se organizó de la nada, de un momento a otro. Y la respuesta fue una multitud que ocupó la Plaza de Mayo, las diagonales, las paralelas, las perpendiculares.
A veces me pregunto dónde vivieron todos los que quieren liberar genocidas. O mandarlos a la casa. O conmutarles la pena.
¿No entienden que "Nunca más" quiere decir "Nunca más"? Es decir, nunca, de nuevo no, esto no se puede volver a repetir.
Entonces fui ayer a la plaza. 10 de mayo de 2017. Para decir, otra vez, por si hacía falta, "Nunca más" señores jueces, "Nunca Más". (Frase del fiscal Strassera al tribunal que juzgó a las juntas militares en 1983/84, por si alguien no la recuerda).
Y fui a la plaza porque me siento parte de esta sociedad que, como ninguna otra en el mundo ha logrado detener a los genocidas.
Y no fui por ningún choripan, la verdad.
Y no es el tema, pero de paso: ¿alguien cree de verdad que una persona se va a manifestar por un choripan? Y si así lo hiciera, ¿tiene derecho a burlarse o menospreciarla? Porque pensemos un cacho: si alguien accede a hacer lo que sea por un choripoan es porque tiene hambre. HAMBRE. ¿Se entiende?
No, no se entiende, porque estos señores no saben lo que es tener hambre, no llegar a fin de mes, viajar apretado en el tren todos los putos días de tu vida.
"Nunca más, señores jueces, nunca más".
Plaza de Mayo - 10/05/2017 - No al 2x1 a los genocidas |
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