En su artículo de Página 12 del 17 de abril de 2025, "La sociedadd del Dr. Jekill y Mr. Hyde", Sebastián Plut habla sobre la disociación, es decir, la separación que la persona realiza respecto del suceso, permitiendo así preservarse de la gran carga emocional de éste, en un momento nos dice:
"si estamos tan convencidos de cómo es y cómo piensa Milei, y aun así esperamos que reaccione de ciertas maneras, o formulamos determinados pronósticos, es porque también padecemos de alguna disociación."
Algo así como la tan mentada frase "fingir demencia" de estos días: hacemos como que no pasa nada para que esto no altere el curso de nuestra cotidianidad, de nuestro lugar de confort.
Lo que me llevó a relacionar esto con la novela de Adolfo Bioy Casares La invención de Morel, que eterniza un momento en la vida de su amada. Pero en este caso lo que se eterniza es la crítica hacia lo que se considera el origen de las penurias. Milei y sus políticas ultra conservadoras, por caso.
En efecto, se llenan innumerables columnas en periódicos, horas de radio y televisión criticando la insensibilidad, falta de empatía, crueldad y violencia del gobierno, en la creencia (y aquí estamos adivinando) de que esta declamación permanente habrá de generar una revuelta. Es solo una pregunta.
Pero, así como alguna vez en el artículo "Acerca de los cambios abruptos" nos preguntábamos si no sería mejor hacer propuestas al mismo tiempo que criticar las políticas que van en contra de la protección ambiental; hoy de nuevo nos parece estar frente a esa especie de máquina de Morel que nos hace vivir una y otra vez el mismo momento, solo que ese momento es de angustia y no de placer.
Nos parece, entonces, que ese fingir demencia es una suerte de medida de protección, ese locus amoenus al que recurrentemente llegan los héroes para descansar de todas sus penurias y así recobrar fuerzas para seguir con sus periplos.
Creemos, además, que la crítica permanente, que la presentación de un mundo distópico cada vez más horroroso, lo que consigue es espantar más que generar ganas de luchar. Esperamos que el criticado termine por cometer una serie de errores que lo lleven a caer para, una vez ocurrido esto, ocupar su lugar.
Esto, de resultar así, es bastante mezquino. Ejemplo: salir a marchar con los jubilados cuando nos conviene (CGT el 9 de abril de 2025, por ejemplo) para dejarlos librados otra vez a su suerte a la semana siguiente. Y así un montón de otras cosas que se repiten en un continuum que termina por generar apatía, en que los apoyos sean tan volátiles como para votar a un partido y luego a su opuesto de una elección a otra.
Es tiempo de hacer propuestas de una sociedad mejor, y ya no tanto de criticar todo el tiempo y como única propuesta al que creemos que está equivocado.
Fernando
Abril, 2025
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