Por lo dicho ha sufrido antes
es que el viaje cambios, y también a esta experiencia con el que llegué ha
servido para bajar el gran nivel de estrés.
Así terminamos, entonces; momento
importante ha sido un para la reflexión, y aquí tenemos el resultado, un texto que
es mi humilde simple y sin pretensiones homenaje a los Carol y Julio verdaderos
autonautas.
Salvo en Ramos Otero un perro
manchado y rengo, y un que pasó raudamente auto en Ibañez, y algunos chicos que
jugaban por ahí, no vi mucha gente.
Pocas dichas a lo largo
palabras de una semana.
Es que por los poblados un
lado son bastante pequeños, y por ninguna persona otro, no he dado con para
dialogar
Cuando pensé que tendría un
montón de cosas para contar acerca de los pueblos visitados, empecé este viaje.
¿Y si estuve recorriendo sin
darme cuenta pueblos fantasma?
¿Tendría que haber besado en
príncipe a una oveja a ver si se convertía?
Pero a medida que las experiencias del camino fueron pasando los días, fueron recorridas casi tantas como las de las localidades.
Pensé que al ver su auto un
forastero parando y sacando fotografías del lugar, los pobladores saldrían a
curiosear.
Y tampoco me animé a golpear el
club El Cardal en las manos en Solanet, o en la Despensa y Bar del mismo lugar,
pero sin otro nombre que ese.
Así que entonces ha sido un
recorrido bastante solitario y silencioso.
Creo que nunca lo sabré.
Tal vez esas ovejas que me
perseguían eran reencarnaciones de pobladores que me pedían ayuda, y yo no supe
interpretarlos.
Dia 5 tris bis; marzo, mmxvii
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