Podemos dejarnos llevar por
nuestros preconceptos o dejar que las cosas nuevas impacten en nuestra
sensibilidad. Quizás los nuevos sabores se metan en nuestra boca y recorran
palmo a palmo los labios y la lengua con un leve masaje desde afuera hacia adentro.
Porque no podemos llegar a lo profundo si no empezamos por la superficie. Somos
tan tontos como inteligentes. Un niño empieza a andar luego de haber caído un
sinnúmero de veces. Todos tenemos la frente partida por haberle dado a una mesa
alrededor de los dos o tres años. Quizás es mejor esperar que pedir,
sorprenderse que confirmar, aceptar lo que viene y no rechazar lo que no nos
gusta. Quizás sea mejor soñar y contar lo que se ha soñado. Un día, nunca
sabremos si a la vuelta de la esquina, alguien nos diga: "con el escudo o
sobre él". Y deberemos honrar ese pedido. Mientras tanto, al regreso de
cada batalla, con las costillas doloridas de empujar en el subte o en el
colectivo, nos espera un momento de calma. Quizás sea mejor descansar. Ya habrá
tiempo para nuevas batallas.
bertonmmxvijuliofernando
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