La tarde
se estrelló violentamente contra la noche
con la
fuerza de diez camiones que caen por un puente roto
como un
millón de litros de agua volcados de un tanque en lo alto de un cerro
como la
primera eyaculación que sale del recuerdo apenas de unos pechos entrevistos
El cielo
se puso negro
como un
gato que cruzó de pronto la calle
sin ver
que del otro lado avanzaban diez camiones
y un
millón de litros de agua lo llevarían para siempre a una alcantarilla
a mezclarse
con los deseos turbios que adolescen en la mano trémula después de morir un poco
La tarde
chorreaba sangre
al momento de encontrarse con los hados
que de
forma fatal la transformaron para siempre
en un
oscuro objeto inanimado inmóvil invisible a los ojos cotidianos
En unas
horas pocas
marcharán
las flores marchitas
a sus
refugios entre tumbas cenotafios monumentos
que harán
la fiesta de despedida de la tarde durante toda la noche
Fernando Berton
Copyleft: Setiembre, 2012
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