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sábado, 30 de marzo de 2019
viernes, 29 de marzo de 2019
Evaluaciòn
Según consigna el diario Perfil, en su artículo del pasado 21 de marzo, en una reunión de Gabinete para analizar los resultados de las pruebas Aprender, el presidente argentino Mauricio Macri afirmó, entre otras cosas, que "cinco de cada diez alumnos no comprenden textos".
Tal vez eso explica que gane elecciones. Es decir, que los votantes no comprenden sus mensajes, y, confundidos, lo vuelven a elegir (como jefe de gobierno primero, como presidente después). Los votantes de la alianza Cambiemos no lograron entender que las promesas de campaña son solamente eso, promesas, y que nada más sirven para que alguien llegue al puesto al que se postula. Si después cumple o no, no tiene importancia. O tal vez la tenga, no lo sabemos, ya que probablemente no entendamos los textos cambiemitas.
Sigue diciendo el artículo citado que el presidente también afirmó: "La educación nos conecta con la honestidad". Que viene a significar que lo dicho en el párrafo anterior (en caso de que usted, lector desprevenido, no lo haya comprendido) es ni más ni menos que si mentimos para ganar elecciones no importa, porque somos educados y honestos y lo reconocemos. Reconocemos que mentimos, y eso es mucho más importante que cumplir las promesas electorales.
Será por eso, entonces, que el presidente Macri anda diciendo cosas todo el tiempo que luego no se cumplen. Si total la mitad de los alumnos no lo comprende. Y quien dice la mitad de los alumnos, dice la mitad de los votantes, ¿no es cierto?. Pongamos un par de ejemplos más, en la vana ilusión de que, al menos, quien pueda llegar a leer esto comprenda la mitad (haciendo una forzada interpretación de la frase presidencial, claro).
En su viaje a España en febrero de 2017, el primer mandatario afirmó: “Los argentinos dijeron basta de echar la culpa al mundo de lo que nos pasa”. Pero bueno, como bien dice este blog, las cosas pasan. Así, el 12/09/2018, brindó una entrevista al periodista Jorge Lanata, que le preguntó si creía que la suba del dólar (la de 2018, no la de ahora) era un tema de lucha de ciertos operadores políticos enfrentados con el gobierno. Macri respondió que creía que no, y que era un tema "más profundo a la vez que superficial" (sic) y luego dijo su famosa frase de "veníamos bien pero pasaron cosas". Y ahora sí se podía echar la culpa al mundo, que según sus palabras "estaba más volátil".
Pero volviendo al 2017, en la reunión con el rey de España, el presidente pidió ser "evaluado por ese gran objetivo que tengo que es a reducir la pobreza y la exclusión" (sic). Algo que había dicho, también, casi un año antes, en conferencia de prensa en la quinta de Olivos, y ante las nuevas estadísticas del INDEC: "A partir de aquí quiero ser evaluado como Presidente"
No estamos seguros de haber entendido por completo, pero ante la reiteración del pedido y del tema, suponemos que lo que el presidente quiso decir es que busquemos en los resultados de su gestión. Para lo cual vamos a apuntar datos del INDEC que comenzó a funcionar bajo su gobierno con nuevas reglas, según se dijo, para no ocultar los datos. En consecuencia, si miramos el informe Incidencia de la pobreza y la indigencia en 31 aglomerados urbanos, publicado el 29 de marzo de 2019, vemos que esos indicadores, desde el segundo semestre de 2016 al segundo semestre de 2018 (ver cuadro de la página 3 del informe citado), han ido a la baja.
En síntesis, la evaluación que hacemos de "ese primer objetivo que tengo como gobierno y por el cual espero ser evaluado que es a reducir la pobreza y la exclusión que existe en la República Argentina" no es muy satisfactoria a la luz de las estadísticas que el organismo muestra. Organismo que, por otra parte, se basa en datos elabroados durante su mandato, el mismo por el que pidió ser considerado.
Las estadísticas muestran que hay cada vez más gente en situación de pobreza e indigencia. Y hay, también, cada vez más gente en la calle. Quienes caminamos, tomamos un tren, un colectivo, un subte, vemos cómo a cada rato hay gente que pide, familias que van a parar bajo las autopistas, ocupan esquinas, veredas o lo que puedan. Con sus colchones y pocas pertenencias. Con sus sueños rotos y su dignidad tirada a la basura. Para ellos, el cambio ha sido brutal.
Desde este lugar de Cosas que pasan, nos preguntamos si el presidente Macri les hablará a las personas de la calle cuando dice que "La gente tiene que aguantar, tenemos que tirar todos juntos de este carro, no hay soluciones mágicas, yo estoy convencido de esto, estoy dejando la vida en esto". Nos preguntamos qué más estarán dejando las personas que tiran sus colchones en la veredad. Nos preguntamos si Macri será capaz de caminar un poco y decirles eso en la cara a todos los que día a día se ven en la necesidad de abandonar una vivienda que ya no pueden pagar para ir a mendigar, a vivir a la intemperie, y a tirar junto al presidente del carro.
PD: Las citas son de medios que son afines a, o no demasiado críticos de, este gobierno, para no caer en un análisis hecho puramente desde los opositores.
Fernando Berton
29 de marzo de 2019
Tal vez eso explica que gane elecciones. Es decir, que los votantes no comprenden sus mensajes, y, confundidos, lo vuelven a elegir (como jefe de gobierno primero, como presidente después). Los votantes de la alianza Cambiemos no lograron entender que las promesas de campaña son solamente eso, promesas, y que nada más sirven para que alguien llegue al puesto al que se postula. Si después cumple o no, no tiene importancia. O tal vez la tenga, no lo sabemos, ya que probablemente no entendamos los textos cambiemitas.
Sigue diciendo el artículo citado que el presidente también afirmó: "La educación nos conecta con la honestidad". Que viene a significar que lo dicho en el párrafo anterior (en caso de que usted, lector desprevenido, no lo haya comprendido) es ni más ni menos que si mentimos para ganar elecciones no importa, porque somos educados y honestos y lo reconocemos. Reconocemos que mentimos, y eso es mucho más importante que cumplir las promesas electorales.
Será por eso, entonces, que el presidente Macri anda diciendo cosas todo el tiempo que luego no se cumplen. Si total la mitad de los alumnos no lo comprende. Y quien dice la mitad de los alumnos, dice la mitad de los votantes, ¿no es cierto?. Pongamos un par de ejemplos más, en la vana ilusión de que, al menos, quien pueda llegar a leer esto comprenda la mitad (haciendo una forzada interpretación de la frase presidencial, claro).
En su viaje a España en febrero de 2017, el primer mandatario afirmó: “Los argentinos dijeron basta de echar la culpa al mundo de lo que nos pasa”. Pero bueno, como bien dice este blog, las cosas pasan. Así, el 12/09/2018, brindó una entrevista al periodista Jorge Lanata, que le preguntó si creía que la suba del dólar (la de 2018, no la de ahora) era un tema de lucha de ciertos operadores políticos enfrentados con el gobierno. Macri respondió que creía que no, y que era un tema "más profundo a la vez que superficial" (sic) y luego dijo su famosa frase de "veníamos bien pero pasaron cosas". Y ahora sí se podía echar la culpa al mundo, que según sus palabras "estaba más volátil".
Pero volviendo al 2017, en la reunión con el rey de España, el presidente pidió ser "evaluado por ese gran objetivo que tengo que es a reducir la pobreza y la exclusión" (sic). Algo que había dicho, también, casi un año antes, en conferencia de prensa en la quinta de Olivos, y ante las nuevas estadísticas del INDEC: "A partir de aquí quiero ser evaluado como Presidente"
No estamos seguros de haber entendido por completo, pero ante la reiteración del pedido y del tema, suponemos que lo que el presidente quiso decir es que busquemos en los resultados de su gestión. Para lo cual vamos a apuntar datos del INDEC que comenzó a funcionar bajo su gobierno con nuevas reglas, según se dijo, para no ocultar los datos. En consecuencia, si miramos el informe Incidencia de la pobreza y la indigencia en 31 aglomerados urbanos, publicado el 29 de marzo de 2019, vemos que esos indicadores, desde el segundo semestre de 2016 al segundo semestre de 2018 (ver cuadro de la página 3 del informe citado), han ido a la baja.
Fuente: INDEC, Encuesta permanente de hogares |
En síntesis, la evaluación que hacemos de "ese primer objetivo que tengo como gobierno y por el cual espero ser evaluado que es a reducir la pobreza y la exclusión que existe en la República Argentina" no es muy satisfactoria a la luz de las estadísticas que el organismo muestra. Organismo que, por otra parte, se basa en datos elabroados durante su mandato, el mismo por el que pidió ser considerado.
Las estadísticas muestran que hay cada vez más gente en situación de pobreza e indigencia. Y hay, también, cada vez más gente en la calle. Quienes caminamos, tomamos un tren, un colectivo, un subte, vemos cómo a cada rato hay gente que pide, familias que van a parar bajo las autopistas, ocupan esquinas, veredas o lo que puedan. Con sus colchones y pocas pertenencias. Con sus sueños rotos y su dignidad tirada a la basura. Para ellos, el cambio ha sido brutal.
Gente en la calle |
PD: Las citas son de medios que son afines a, o no demasiado críticos de, este gobierno, para no caer en un análisis hecho puramente desde los opositores.
Fernando Berton
29 de marzo de 2019
lunes, 25 de febrero de 2019
domingo, 17 de febrero de 2019
Próxima estación
Hace unos días
el trece del dos para
ser exactos
salía el tren de la estación
Plaza Constitución
y a poco de andar ocurrió
un fogonazo. Casi un
relámpago.
Y entonces un
silencio generalizado.
Al rato una voz grabada informó
Próxima estación
Otoño
y nos volvió a todos
la calma.
Fernando.
Febrero - MMXIX
el trece del dos para
ser exactos
salía el tren de la estación
Plaza Constitución
y a poco de andar ocurrió
un fogonazo. Casi un
relámpago.
Y entonces un
silencio generalizado.
Al rato una voz grabada informó
Próxima estación
Otoño
y nos volvió a todos
la calma.
Fernando.
Febrero - MMXIX
Poemas para no ir a trabajar
Poemas para no ir a trabjar; La Libre, Buenos Aires, 2019 |
Es el principal propósito de este
panfleto
que las personas trabajadoras se
inspiren
y no vayan a trabajar.
Tal es el objetivo de
Fernando Aíta, 1975, en su poemario editado por La Libre a comienzos de 2019, tiempo
de vacaciones, en el que los más afortunados salen de viaje, y los que no lo
son tanto, al menos le esquivan por un tiempo al yugo, gozar del merecido
descanso y gambetear ese destino en que para
poder reposar la mente / hace lastimar al cuerpo. (“Falta justificada”)
Estos poemas son
ciertamente de un tipo extraño: hay poemas de amor, de locura, de muerte, hay
canciones desesperadas, hay poemas para ser leídos en el tranvía y tantas cosas
más. Pero para pegar el faltazo hay poco. También llama la atención el tamaño,
es un libro pequeño (nos remite a Caminantes,
de Edgardo Scott),que cabe perfectamente en la cartera de la dama y el
bolsillo del caballero, y hasta es recomendable no salir sin él.
Fernando Aíta se las
ingenia para contarnos con humor (un humor sencillo, no es para reírse a
carcajadas) de las dolencias generadas por el trabajo, y que muchas veces uno
tiene la sensación de que los empleadores no le creen. ¿Ahí no llovió? Mi barrio, un desastre, nos dice en “Temporal”. O también: … Se quejan: / que cada año cambio de
carrera, / que debería conocer mi vocación, / que estoy grande, y que no
apruebo todas, en “Días de estudio”.
Todo el tiempo tenemos
la sensación de que los empleados tenemos que dar examen todos los días. Que no
importa cuántas cosas bien hagamos, basta una distracción, un olvido, para que
nuestro trabajo sea, en opinión de los jefes, una porquería, que nuestro único
objetivo es dañar a la empresa, que somos sus peores enemigos. Parece un poco
exagerado. Pero es así, la exageración patronal no conoce límites.
No puedo andar más desorientado. / No sé dónde pega el sol, adónde
apuntan / los pies en el sueño. Todo desquicio: / cubiertos en la pieza y
abrigo en la cocina. / A tientas en un espacio sin memoria, / ni dónde ciertas
pertenencias.
Este fragmento de “Mudanza”
bien puede ser una descripción de la oficina, en particular ese verse de “a
tientas en un espacio sin memoria”, considerando lo dicho antes: basta un error
para que todo lo bueno no valga nada.
Así, la sonrisa leve
que genera cada poema se va haciendo mueca, y entonces el humor se torna
tristeza, bronca, desazón. Tanto esfuerzo puesto en madrugar, en viajar
apretado, en luchar contra los aumentos de precios nos dan a pensar que esto
que llamamos “ganarnos la vida” es, en verdad, perderla.
Una última cita y nos
vamos:
Yo tengo mil cosas mejores que hacer,
prioridades: descansar, soñar,
regar, buscar víveres, hacer arreglos,
visitar amigos, lugares, escribir,
leer, corregir, ir a reuniones,
imprimir los volantes para la marcha
por el ingreso básico universal…
Es decir, no es que las
personas no querramos trabajar. Es que hay tantas otras cosas más interesantes
que hacer que verle la cara de culo a un jefe.
FEBRERO - MMXIX
lunes, 11 de febrero de 2019
miércoles, 30 de enero de 2019
Para el lado de los tomates
Esto que vemos aquí es una planta de tomate. Lo que se ve por detrás es una escalera, y lo que se ve por debajo, el piso de baldosas del patio de casa. El tallo principal crece entre la pared y el piso. Es decir, sale por una pequeña abertura entre ambos.
Estuve a punto de arrancarla porque me pareció que era un yuyo indeseable. Mi hijo me dijo que no, que era una planta de tomate. Debo admitir que tuve mis dudas, y pensé arrancarla igual. Por suerte no lo hice.
Ahí podemos apreciar unos verdaderos tomates en su planta. En
un patio de baldosas. Que sale de una ranura entre la pared y el piso. Y que
además son verdaderamente gustosos. Con gran gusto a tomate. No sé de dónde
vendrá, cuál es su historia. Lo que sí sé es que ha crecido como le pareció. Como
lo hubiera hecho una planta cualquiera sin intervención humana. No lo regamos (¿quién
regaría una baldosa?). No le pusimos un tutor. Mucho menos fertilizantes,
herbicidas o plaguicidas. Lo que se dice 100% natural (si es que lo natural
también se considera en un patio suburbano)
Pienso guardar unas semillas y plantar para la próxima
temporada. Los voy a extrañar cuando tenga que comprar esos tomates desabridos
que se venden en época invernal y que salen de cámaras de frío, de invernaderos
en los que no conocen el sol y los llenan de sustancias de crecimiento y muchas
veces tóxicas.
Así quedan. Modelo terminado, podría decir. Una pequeña
alegría en esta vida que cada vez cuesta más y nos llena de productos que no
logramos saber de dónde vienen ni cómo fueron producidos. Estos son tomates
autogestionados. ¡Salud!
Fernando
Enero, 2019
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